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Desligar los sueldos del IPC, una espinosa asignatura pendiente

Banco de España, FMI y OCDE exigen desde hace años suprimir las cláusulas de revisión

Y. GÓMEZ

Las palabras de la canciller alemana, Angela Merkel, instando a la supresión de las cláusulas de revisión salarial en España han caído como un jarro de agua fría en el Gobierno español, pero especialmente entre los sindicatos, que llevan años resistiéndose con uñas y dientes a desligar los sueldos de la evolución del IPC. Tampoco los empresarios han hecho de esta reivindicación su bandera.

Pero no es la primera vez que suena esta música en nuestro país. Organismos nacionales e internacionales, como el Banco de España, el FMI o la OCDE, aparte de los principales economistas nacionales, llevan años instando a la supresión de estas cláusulas, que están contenidas en el más del 70% de los convenios colectivos.

Dentro de nuestras fronteras, probablemente ha sido el Banco de España y su actual gobernador, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, quien más activamente ha criticado la indiciación de la economía española.

En un reciente informe del Banco de España, la entidad argumenta que la tasa de inflación es más elevada cuanto mayor es el grado de indiciación salarial y el grado de persistencia de la misma es más alto cuanto más se indician los salarios, de forma que las desviaciones del IPC «tenderán a ser más duraderas» en aquellos países donde existe un mayor nivel de indiciación salarial, como ocurre en España.

De hecho, la entidad subrayaba que una de las características «más peculiares» del mercado laboral español, no observada en la mayoría del resto de países europeos, es la presencia de cláusulas de salvaguarda en la mayor parte de los convenios colectivos que se firman, lo que origina, en su opinión, «un elevado grado de indiciación automática de los salarios a incrementos en los precios».

Según este informe, en España cerca del 75% de los trabajadores con convenio está protegido por estas cláusulas frente a las desviaciones del IPC, lo que contrasta con el de la mayor parte de los países europeos, que presentan cifras inferiores al 25%. Sólo Bélgica, Finlandia y Luxemburgo cuentan con un grado de cobertura igual o superior al caso español.

La temida segunda ronda

En contra de estas cláusulas, el Banco de España argumenta que favorecen los llamados «efectos de segunda ronda», que acaban convirtiendo los aumentos transitorios de la inflación en permanentes. Pero estos argumentos no convencen a los sindicatos, a tenor de las furibundas críticas con las que ayer contestaron a las propuestas de la canciller alemana. Los secretarios generales de CC. OO. y UGT, Ignacio Fernández Toxo y Cándido Méndez, respectivamente aseguraron que sería un «grave error» eliminar las cláusulas de revisión salarial en los convenios colectivos.

En una rueda de prensa conjunta con el presidente de los sindicatos alemanes (DGB), Michael Sommer, con motivo de la cumbre hispano-alemana en la que aparecieron con un cartel a la espalda que hacía referencia a la iniciativa legislativa popular para reconducir la reforma laboral. Según Toxo, España «tiene poco que aprender de otros lugares», ya que tiene un sistema de negociación colectiva «potente» y ha servido de referencia para otros países. En su opinión, referenciar los salarios a un objetivo de inflación y al crecimiento de la productividad a partir de cláusulas de revisión salarial, como establece el actual acuerdo de negociación colectiva, «es el mayor servicio que se puede hacer a la economía y a las empresas». De no ser así, añadió, «se llegaría a una situación a la larga muy negativa».

Acuerdo vigente

Por su parte, Méndez avisó de que si se eliminan estas cláusulas, los sindicatos «no sacrificarán el crecimiento de los salarios y habrá problemas de inflación». A su juicio, el actual sistema «hace compatible la lucha contra la inflación con el crecimiento de los salarios» y es adaptable a los tiempos de crisis. De hecho, el acuerdo de negociación colectiva vigente para 2010-2012 recomienda un incremento salarial del 1% para 2010, de entre el 1% y el 2% para 2011, de entre el 1,5% y el 2,5% en 2012, y establece la aplicación de cláusulas de revisión salarial a partir de ese año para recuperar el poder adquisitivo perdido en la etapa anterior.

Tampoco los empresarios hacen de la supresión de las cláusulas de revisión salarial su caballo de batalla. El vicepresidente primero de la CEOE, Arturo Fernández, argumentó ayer que la propuesta de Merkel supondría un «cambio muy radical». Eso sí, dijo que es un «tema a estudiar». Y de momento, sindicatos y empresarios cuentan con el apoyo del Gobierno para que sean ellos quienes decidan. Así lo aseguró el presidente Rodríguez Zapatero en presencia de Merkel. También el titular de Trabajo, Valeriano Gómez, defendió las bondades del actual sistema y recordó que las cláusulas de revisión salarial en España proceden del «tránsito» de la dictadura a la democracia.

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