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Levantado el secreto de sumario por los indicios de que Mª Ángeles murió en accidente

La juez deja sin efecto la comparecencia impuesta para los días 1 y 15 de cada mes al imputado en la causa

ABC

María Ángeles Germán López, la vecina de Urbiola de 44 años que desapareció el pasado 9 de agosto, pudo morir en accidente de tráfico. Cinco meses después de que se le perdiera el rastro, la hipótesis de que fue asesinada está prácticamente descartada. Tras hallar el pasado lunes su coche y un cadáver en el fondo de una acequia situada a menos de 2 kilómetros del pueblo, los expertos del Instituto Navarro de Medicina Legal han dictaminado que el cuerpo de Germán López no presentaba signos de violencia a excepción de los golpes y lesiones propios de un siniestro. Eso sí, aún deben practicarse las pruebas de ADN que confirmen la identidad del cuerpo -por ahora se ha analizado la dentadura, que coincide con la de Germán López- y varios tests complementarios que se efectuarán en un laboratorio de Barcelona.

Ante esta tesitura, la titular del Juzgado de Instrucción número 2 de Estella decidió levantar ayer el secreto de sumario y dejó sin efecto la comparecencia impuesta para los días 1 y 15 de cada mes al imputado en la causa, con quien al parecer la desaparecida mantuvo una relación extramatrimonial. Este hombre fue arrestado en octubre junto a su pareja en el marco de la investigación, pero ambos quedaron en libertad posteriormente.

A falta de la pertinente confirmación oficial, todo apunta a que la fallecida se habría salido de la calzada de camino a la localidad de Los Arcos, donde iba a visitar a un veterinario para que tratara a su perro “Crispín”, encontrado también dentro del Mercedes 190 E de color verde propiedad de la mujer. Y acto seguido, su coche habría caído hasta la acequia, escondida entre la maleza bajo un puente y que según las precipitaciones de la zona, puede tener varios metros de profundidad. Los desperfectos que presentaba el coche y las lesiones en el cuerpo aportan un dato clave: que el turismo se despeñó en circulación, lo que descartaría en principio que fuera empujado por alguien.

Tras haber puesto en marcha infinidad de dispositivos de búsqueda en montes y balsas próximas al municipio, el cuerpo sin vida de la mujer apareció donde nadie lo esperaba: sumergido en un lodazal al que ya habían caído otros coches con anterioridad, tal y como explicó el propietario de los terrenos. Fueron unos operarios que trabajaban en el lugar desbrozando las cunetas de la Nacional 111 quienes alertaron del hallazgo a la Policía Foral.

La última vez que se vio a María Ángeles Germán López con vida fue el 9 de agosto de 2010 y al día siguiente la familia presentó una denuncia, ya que la noche anterior no acudió a dormir a casa. Desde el principio, la policía señaló que éste era un caso de “alto riesgo” ya que no constaban “motivos aparentes” que explicaran la desaparición.

La mujer llegó a Urbiola hace dos años y medio con su marido para regentar el único mesón del lugar. Tras perder su empleo como camarera en el aeropuerto de Noáin, donde también trabaja su esposo, ambos dejaron atrás un caro alquiler en Pamplona y, por 400 euros al mes, arrendaron el mesón de Urbiola y la vivienda que está en la parte superior del establecimiento.

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