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El polen de ciprés se multiplica por veinte y dispara las alergias

Los niveles en aire de cupresáceas llegan a 1.000 granos cuandolo normal son 50

MARÍA ISABEL SERRANO

Las personas alérgicas han notado, estos últimos días, una serie de molestias como picores de nariz, tos y ojos enrojecidos. No es casualidad y tiene su explicación. Fuera de lo habitual para estas fechas, los niveles de pólenes de cupresáceas (arizónicas y cipreses) se han disparado y se han multiplicado por veinte: entre el jueves y el viernes pasados llegaron a registrarse 1.000 granos por metro cúbico de aire cuando lo normal son 50 granos.

«Esto, a los alergólogos, no nos pilla por sorpresa», ha manifestado a ABC Javier Subiza, coordinador del Comité de Aerobiología de la Sociedad Española de Alergología. «En todo lo que está ocurriendo tiene mucho que ver el cambio climático porque produce alteraciones muy extremas. Ahora hay muchos “veranillos locos”. Hasta hace poco sólo teníamos el de San Miguel. Así de claro», añade Subiza.

Según explica el alergólogo, este invierno ha tenido fases y momentos muy fríos. También ha sido muy caudaloso por la gran cantidad de lluvia caída. «Y de pronto —comenta— suben las temperaturas. Desde el pasado jueves hemos notado una importante subida de los índices de pólenes de cupresáceas, que se han disparado». No en balde, como indicábamos, los pólenes de arizónicas y cipreses han llegado a los mil granos por metro cúbico de aire, algo inimaginable hace años.

Tiempo más loco

«También es verdad —añade el director de la Clínica Subiza—, que los cambios extremos se están haciendo cada vez más habituales. Los alergólogos ya lo advertimos en 1995. Entonces no se conocían demasiado los aumentos de estos pólenes. Ahora todo el mundo sabe lo que son las cupresáceas». Según su criterio, hay una relación directa con el cambio climático. Insiste mucho en ello. «Los pólenes de los árboles de invierno no daban tantos problemas. Ahora sí. Ahora los inviernos son eso, “más locos” y tienen más días de sol, lo que es muy malo para las personas alérgicas». Y ojo, advierte, porque entre marzo y abril saltarán los pólenes de los plátanos y otras plantas que producen asma y alergia.

El doctor Subiza recuerda, no obstante, que en las ciudades las afecciones se acrecientan. Los pacientes sufren mucho más «porque a los pólenes y al cambio climático se suman los agentes contaminantes de los vehículos, que acrecientan los problemas del invierno». De hecho, el número de pacientes que acude a las consultas de los alergólogos por polinosis de invierno se ha incrementado en más de un 30 por ciento en los últimos quince años.

Reducir síntomas

¿Remedios? «Sí los hay», señala Javier Subiza. «Lo primero es reconocer la afección. Por eso es conveniente acudir cuanto antes al especialista para obtener un diagnóstico adecuado y no pensar que se trata de un catarro o una bronquitis. Después, conviene saber que existen vacunas que funcionan extraordinariamente. En tres años de tratamiento, los síntomas se reducen en un 80 por ciento».

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