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El «milagro» de Giffords

¿Cómo se puede sobrevivir a un tiro en la cabeza? La bala le dañó la zona cerebral del lenguaje y la movilidad

JAVIER HEREDERO

Tras un desafortunado hecho como el tiroteo de Tucson y el intento de asesinato de la congresista Gabrielle Giffords vienen los deseos y las especulaciones ya que todos están preocupados por saber qué ocurrirá y cómo quedará la persona agredida; más si cabe, cuando en los primeros momentos se afirmó que la congresista norteamericana había fallecido (es normal que en el momento del disparo la persona pierda el conocimiento).

En este caso concreto, es pronto para evaluar las secuelas y necesitaremos aún algunas semanas para saber lo que puede ocurrir. Las lesiones cerebrales por arma de fuego causan la muerte de la víctima en muchos casos, pero en otros depende de varios factores como el tipo de arma utilizado, la trayectoria de la bala o las complicaciones posteriores.

Parece que la pistola tiene menor energía de salida y por tanto ocasiona un menor daño que otras armas de fuego de alta energía, como los fusiles, cuyas balas cuando chocan con el cráneo explotan y su daño es mucho mayor. En cuanto a la trayectoria de la bala dentro del cráneo, si atraviesa la línea media, estructuras profundas del cerebro o la fosa posterior el pronóstico es de muy alta gravedad. El hecho de que la paciente obedezca órdenes es una buena señal, pero hay que estar atentos a la evolución y posibles complicaciones.

Evitar la inflamación

El impacto ha podido romper el hueso de la cabeza e introducir fragmentos del mismo en el cerebro, lo que puede ocasionar lesiones de gran importancia. Como consecuencia de la lesión cerebral hay un gran riesgo de edema (inflamación), razón por la que ha sido necesario hacer una craneotomía descompresiva. Esta maniobra consiste en eliminar una parte del cráneo y dejar al descubierto el cerebro para evitar que, si se inflama, el cerebro se lesione por falta de espacio. Esta técnica es habitual en casos de edemas causados por infartos cerebrales o como consecuencia de lesiones tumorales.

Por eso, el equipo médico de la Universidad de Tucson que operó a Gliffords explicó que había sido necesario eliminar pate del cráneo durante la intervención para intentar salvar su vida. La parte que fue retirada se mantiene en el hospital a unos 30 grados bajo cero para conservarla. La pieza de cráneo no se repone hasta que desaparece el riesgo de inflamación. En ocasiones no se puede reutilizar esa parte del cráneo y se emplea una prótesis que se hace a medida y con la estructura anatómica igual a la del paciente.

72 horas críticas

En la intervencióna, los neurocirujanos, además de eliminar los fragmentos de hueso y la craneotomía eliminaron parte del tejido cerebral destruido por el impacto que, en este caso afortunadamente parece que ha sido poco. En un porcentaje elevado de la población el hemisferio izquierdo es el que controla el habla y el lenguaje. En todas las personas, la movilidad de los miembros del lado derecho. Si la lesión es parcial puede haber cierta recuperación de estas funciones.

En definitiva, es pronto para evaluar las secuelas y aún quedan muchos meses por delante para saber las posibilidades de recuperación. De momento, las primeras 72 horas tras la cirugía son críticas.

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