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El misterio del asesor asesinado

El cadáver de un reputado consejero de Reagan y los dos Bush aparece en un vertedero de basura

PEDRO RODRÍGUEZ

Si no fuera trágicamente cierto, el suceso parece el arranque de uno de esos «thriller» conspirativos de Hollywood. Justo antes de Navidades, John Wheeler —graduado de West Point, Harvard y Yale; distinguido asesor de múltiples presidentes de Estados Unidos (Reagan o los dos Bush); y ex alto cargo del Pentágono— se supone que tomó un tren en la capital federal con destino a Delaware, para reunirse con su esposa Katherine y disfrutar juntos de las fiestas. Pero nunca llegó a su destino. Después de tres días sin pista alguna sobre su paradero, su cadáver ha aparecido en un vertedero de basuras cercano a la localidad de Wilmington.

Un empleado en el vertedero conocido como Cherry Island se fijó el día de Nochevieja cómo algo extraño había salido entre la compactada carga que estaba depositando un camión de la basura. Era el cuerpo sin vida de este prohombre próximo al Partido Republicano y especialista en armas de destrucción masiva, conocido a sus 66 años por ser uno de los principales promotores del monumental muro construido en el centro de Washington con los nombres de todos los caídos en la guerra de Vietnam.

A la espera de análisis toxicológicos, los resultados de la autopsia han avanzado que se trata de un homicidio. Pero la Policía no parece disponer de muchas pistas. Ya que incluso el último viaje de Wheeler parece estar rodeado de misterio. Según ha explicado el teniente Mark Farrall, «estaba previsto que tomase un tren a su casa pero no estamos seguros de que realmente llegara a montarse». Con frustración evidente, los encargados de la investigación han reconocido que en estos momentos carecen de motivos o sospechosos.

Algunos amigos de la víctima han recordado que fruto de sus diversos puestos de confianza en Washington, Wheeler disponía de todas las acreditaciones necesarias para acceder a los secretos oficiales más reservados. Aunque de momento nadie se haya atrevido a plantear una retorcida trama de espionaje para explicar la muerte del asesor presidencial, al que todos llamaban Jack. Otro han indicado que al difunto le gustaba bastante polemizar y discutir con vehemencia.

Consultor de defensa

En la actualidad, además de trabajar en Washington como consultor sobre cuestiones de defensa y seguridad, Wheeler estaba litigando en los tribunales de Delaware contra un vecino por la construcción de una casa de dos pisos y medio frente a la suya, con la consiguiente obstrucción de vistas. De hecho, su abogado, Bayard Marin, tuvo ocasión de hablar por teléfono con Wheeler justo el día de su desaparición. Conversación de tono distendido, según el letrado que en declaraciones a la Prensa local ha reiterado que su representado «no era la clase de persona que resulta asesinada, que aparece en un vertedero».

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