Suscribete a
ABC Premium

Un congreso para dar de comer a Cuba

El próximo abril, el partido único reúne a sus notables por sexta vez para hablar solo de economía, nadade ideología ni exámenes políticos

efe

CARLOS ALBERTO MONTANER

En La Habana cuentan que Raúl Castro se encontró una vieja lámpara perdida en la azotea del Comité Central, la frotó y se le apareció el clásico genio. «Pídeme dos deseos», le dijo la criatura. «¿No eran tres?» —preguntó Raúl extrañado. «La situación es muy ... mala —contestó el genio— y hemos reducido la cuota». «Muy bien —dijo Raúl—, convierte el Hotel Nacional en un edificio de oro. Lo vendo y salimos de todas las deudas». «No seas idiota, Raúl —le respondió el genio, que tenía muy mal carácter. Eso es imposible. Yo soy un genio, no un mago». Y agregó: «¿Cuándo has visto tú que un edificio se transforme en oro? Pídeme el segundo y último deseo». Raúl suspiró, pensó un rato y le dijo: «Logra que el comunismo cubano sea eficiente y productivo para poder salir de la crisis». El genio se le quedó mirando y contestó, resignado: «Bueno, ¿dónde está el edificio ese que quieres que te convierta en oro?».

Artículo solo para suscriptores

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comparte esta noticia por correo electrónico
Reporta un error en esta noticia