Un ataque contra el pagador, la televisión

Luis Rubiales y sus directivos visitan a los futbolistas para conocer sus opiniones. «La mayoría de los capitanes están de acuerdo con la medida de jugar el día 2 a las cinco». Los clubes lo comprobarán cuando digan a sus equipos que deben jugar en cuatro horarios: cuatro, seis, ocho y diez.

España tiene cinco millones de parados y el único sector del país que tiene prestigio en el mundo, el fútbol, también quiere ser incluido en la lista internacional de desastres nacionales. Somos únicos. Para una cosa que funciona bien, nos la cargamos. A eso le denominan «problema de idisosincrasia» cuando en realidad es una estupidez supina. España es un país destructivo, que acaba con lo que brilla. Los 46 millones de españoles no comprenden que un estamento rico se sume a una huelga. La clave es que en el fútbol patrio, como en todo en la vida, hay ricos y pobres. La Liga camina hacia la huelga el día 2 de enero por el impago de 9 millones de euros a las plantillas del Betis y del Recreativo. Si no hay un cambio radical de posturas entre la patronal de los clubes y la AFE, la jornada 17 será retrasada ajunio.

El problema es estrictamente económico. El campeonato español, que ficha a los jugadores más caros del planeta —Cristiano, 96 millones— tiene también las miserias de los profesionales modestos, que no cobran desde hace un año. Mientras Messi percibe 12 millones anuales netos, el sindicato de jugadores denuncia esa deuda de 9 millones que dos clubes inmersos en suspensiones de pagos poseen con cincuenta profesionales.

El presidente de AFE, Luis Rubiales, fue conciso ante ABC: «Pedimos la garantía de esos salarios para jugar el día 2 con los horarios que estipula Mediapro», dueña de los derechos televisivos. De lo contrario, aceptaremos también disputar los cinco partidos programados para esa fecha, pero todos a las cinco de la tarde». Los otros cinco encuentros, planificados para el día 3, no suponen ningún problema, pero si no se jugara el domingo, la patronal decidiría que tampoco haya fútbol el lunes, para no dejar pendiente la mitad de la jornada, pues el Barcelona tiene previsto hacerlo el domingo y el Real Madrid el lunes, de manera que la clasificación quedaría sin cuadrarse hasta junio. El ridículo sería insuperable.

La fuerza de la Asociación de Futbolistas Españoles para tomar esta determinación estriba en que el día 2 es «vacacional, según el convenio colectivo». Nadie les podría obligar a competir. Luis Rubiales, sin embargo, no ha querido negarse a ello para evitar las acusaciones de un país que soporta cinco millones de parados.

Carlos del Campo, secretario general de La Liga de Fútbol Profesional (LFP), criticó ante este periódico la actuación del dirigente sindical: «Lo que hace la AFE es una huelga encubierta. Quiere perjudicar al propietario de los derechos de televisión. No variaremos los horarios. Ni siquiera vamos a pedírselo al operador televisivo». El portavoz de la patronal definió los pasos a seguir por la entidad representativa de los clubes. «Si no se cumplen los horarios establecidos para el 2 de enero, trasladaremos la jornada 17 al mes de junio. En este caso, no solo retrasaríamos esa jornada, sino que pasaríamos también la última —la 38, prevista para el 22 de mayo— a junio, para que hubiera dos pendientes y con los mismos horarios en el final del campeonato para los equiipos que persiguen los mismos intereses».

Luis Rubiales señaló a este diario que la LFP se atendrá a las consecuencias si retrasa dos jornadas a junio: «Si finalmente es así, tomaremos nuestras medidas».

Jaime Lissavetzky ha estado en contacto con los actores de esta crisis para intentar alcanzar un acuerdo. El secretario de Estado para el Deporte no ha conseguido todavía acercar las posturas. La Liga Profesional posee un fondo de garantía salarial para la Segunda División de «tres millones», aprobado en el convenio que finaliza el 31 de mayo, y los débitos demandados triplican esa cifra. El sindicato presiona para aumentar ese fondo en el próximo acuerdo y exige que «una parte del dinero de las Quinielas cubra los impagos a los jugadores, como indica el Real Decreto 566/2010 del 7 de mayo».

En esta situación, Iniesta —próximo Balón de Oro—, Xavi, Casillas, Alonso y el resto de campeones se ven condenados a hacer huelga medio año después del Mundial.