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La «Doña Manolita de Chamartín» y su mascota reparten una serie del Gordo

La administración madrileña atribuye el éxito a «La Premiosa», el dibujo de una niña pelirroja icono del establecimiento. «Esto es lo más para un lotero», explica su encargada

ABRAHAM COCO

Madrid tiene desde hoy una nueva “Manolita” en Chamartín . Se llama Yolanda y en 1975, viuda y con cuatro hijos, fundó la administración número 131 de la capital, que ha repartido tres millones de euros del premio Gordo de la Lotería de Navidad. El establecimiento de la concurrida estación ferroviaria madrileña ha vendido diez décimos del 79250 , premiado cada uno con 300.000 euros.

Su hija Elena de la Cámara es ahora la viva expresión de la alegría, y eso que ella no compró el boleto ganador. “Esto es lo más para un lotero. Lo que dignifica nuestra profesión es lo mucho que la gente nos quiere”, explica. Ella y sus tres trabajadoras –Patricia Lozano, Ester Moreno y Ana Rueda– atribuyen la suerte a “La Premiosa”, el amuleto que crearon hace nueve meses.

Se trata del dibujo de una muñeca pelirroja, al más puro estilo Pipi Calzaslargas, pecosa y ataviada con vestido rojo y mandil blanco. “Esta criatura inocente es la diosa de la fortuna”, exclama Elena. Desde que la crearon, han repartido varios premios como un pleno al 15 de Quiniela de más de 120.000 euros. Ahora está disfrazada de Papá Noel y, a buen seguro, si fuera de carne y hueso Elena no pararía de abrazarla en medio de “este sorteo mágico y esta conspiración de amor que es la Navidad”.

Yolanda estaba en el banco cuando se ha enterado de que acababa de convertir en millonarias a, al menos, diez personas. “He escuchado en la radio que una parte del premio lo habíamos dado nosotros y se me han puesto los pelos de punta”, indica. “Lo primero que he hecho es llamar a mi madre”, la fundadora del puesto hace 35 años. “¡Hemos hecho feliz a mucha gente!”, grita Ana.

«Para los trabajadores»

Todas celebran este “éxito” después de “habernos dejado la piel desde julio, trabajando doce horas al día y abriendo los fines de semana”, afirma Elena a punto de llorar de la emoción. “No me ha tocado, pero es una ilusión tremenda”, repite. Ella cree que “aunque estemos en una estación, le ha tocado a trabajadores”. Su compañera Patricia apunta que el premio haya volado en los trenes que a diario salen de la capital y los afortunados sean viajeros, pues el número se vendió en verano. Ninguno de ellos se había acercado a celebrarlo dos horas después de conocer la noticia, aunque botellas y botellas de champán no ha parado de descorcharse desde entonces.

La felicidad de la encargadas de esta administración 131, que reparten una cuantía de esta magnitud por primera vez, contrasta con la satisfacción contenida de los responsable de la “Doña Manolita” auténtica, la administración 67 de la Gran Vía Madrileña. En ella se han vendido una serie del segundo premio (el 00147) y de un quinto (el 73684).

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