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«No es un cambio de rumbo, sino una apertura de horizontes»

José Carlos Martínez, estrella del Ballet de la Ópera de París, nuevo director de la CND

JULIO BRAVO

El nuevo director de la Compañía Nacional de Danza viene de París. Del Ballet de la Ópera de París, concretamente, donde milita desde 1988 y donde ha alcanzado la máxima categoría: étoile. José Carlos Martínez (Cartagena, 1967) tomará a partir de septiembre del año próximo las riendas de la compañía, que tras la marcha de Nacho Duato el pasado mes de julio ha estado, provisionalmente, en manos de Hervé Palito. Martínez, uno de los grandes bailarines españoles de nuestros días, empezará ya en enero a trabajar para la CND. «Mi contrato con la Ópera de París concluye en julio —explica el artista—, y después bailaré un par de veces más con ellos».

José Carlos Martínez sabe perfectamente lo que quiere hacer. «La idea general es partir de la compañía actual, de mediano formato, y avanzar hacia un repertorio más amplio. El ritmo lo marcarán los propios bailarines, es un trabajo que tenemos que hacer todos juntos». Para ello necesita, añade, «una implicación total por parte de la compañía y una apertura de mente por parte de todos». Sabe que para este objetivo se necesita tiempo. «El primer año o año y medio será de transición, naturalmente, porque todo esto tomará tiempo. Éste no va a ser un cambio de rumbo, sino una apertura de horizontes. Respeto mucho lo que ha hecho Nacho Duato, pero respeto también lo que hicieron anteriormente directores como María de Ávila o Víctor Ullate, por ejemplo. Esta compañía es fruto y consecuencia del trabajo de muchas personas».

Como ejemplo de versatilidad, José Carlos Martínez pone al propio Ballet de la Ópera de París. «El jueves una parte de la compañía bailó “El lago de los cisnes” en un teatro y otra “La consagración de la Primavera” en un segundo escenario. Algo parecido puede hacer esta compañía».

Cartagenero aunque fundamentalmente educado artísticamente en Francia (primero en Cannes con Rosella Hightower y después en la Escuela de la Ópera de París), José Carlos Martínez (José Martínez para los franceses) es una de las joyas de la exquisita compañía parisina. Ha bailado los principales clásicos y ha trabajado con los mejores coreógrafos del siglo XX, entre ellos Mats Ek. El príncipe Albrecth en la «Giselle» del sueco es uno de sus papeles preferidos, y próximamente hará su «Bernarda». «Los bailarines, lo mismo que las compañías, tenemos que renovarnos. Tengo ganas de vivir nuevas experiencias, y eso solo puede ser posible con la entrega del colectivo».

«No necesito bailar»

No descarta bailar si un coreógrafo se lo pide, pero «mi carrera de bailarín está detrás de mí; no necesito bailar. La compañía abre una nueva etapa, y lo mismo me sucede a mí». Tampoco necesita coreografiar, dice. «Mi trabajo va a ser más el de un gestor. No voy a estar coreografiando desde el principio; quiero darle su sitio a los creadores españoles, sobre todo, y también contar como es lógico con los grandes coreógrafos internacionales».

También quiere dar su sitio a las grandes figuras españolas desperdigadas por el mundo. «Me encantaría integrarlos dependiendo de sus posibilidades y del repertorio que hagamos. Me gustaría tenerlos como artistas invitados permanentes, que actuén con nosotros de forma periódica habitual; pero no para sustituir a los bailarines de la compañía, sino para ser un complemento, para que la CND sea el hogar de todos los bailarines».

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