Las bondades del lubricante
Las mujeres que lo usan reportan niveles más altos de satisfacción y placer en las relaciones sexuales, según un estudio
De un tiempo a esta parte, los lubricantes han ganado terreno en las relaciones sexuales. No sólo cuando las mujeres presentan problemas de sequedad vaginal, sino que las marcas han popularizado su uso como parte del juego erótico. Pues bien, investigadores de salud sexual de la Universidad de Indiana han encontrado, tras realizar una encuesta a 2.453 mujeres, que aquellas que usan lubricantes durante las relaciones sexuales reportan niveles más altos de satisfacción y placer.
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El estudio, publicado en el último número de « Journal of Sexual Medicine », es el más amplio que se ha realizado hasta ahora sobre el tema. «A pesar de la amplia disponibilidad de lubricantes en las tiendas y en internet, es sorprendente la poco que se ocupa la investigación de cuestiones básicas sobre cómo los lubricantes contribuyen a la experiencia sexual», advierte Debby Herbenick, director asociado del Centro para la Promoción de la Salud Sexual. «Estos datos muestran claramente que el uso de lubricantes en nuestro estudio se asoció con calificaciones más altas de placer y satisfacción sexual y bajas tasas de molestias genitales», concluye.
Mejor con base de agua
Mediante esta investigación, los expertos también descubrieron que las participantes reportaron menos síntomas genitales, en particular dolor, cuando usaron un lubricante con base de agua en comparación con el de base de silicona.
Para llegar a estas conclusiones, 2.453 mujeres de entre 18 y 68 años probaron durante dos semanas seis tipos de lubricantes. A cada una se le asigno un tipo de lubricante sin que ellas conocieran la marca o la composición (cuatro tenían base de agua y dos de silicona).
Después de analizar más de 10.000 encuentros sexuales, las mujeres reportaron una mayor satisfacción cuando usaron lubricante en sus relaciones que sin él. «Estos hallazgos demuestran que el lubricante puede ser una parte importante del juego sexual con la pareja», asegura el co autor del estudio Debby Herbenick.
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