Esquerra entra en barrena 48 horas después de la derrota en las urnas

El presidente de ERC, Joan Puigcercós, pondrá su cargo a disposición del partido en la próxima reunión del Consejo Nacional de Esquerra que tendrá lugar el 18 de diciembre. Apenas un día después de que la Ejecutiva del partido lo ratificara al frente de Esquerra y de que el propio Puigcercós se declarara dispuesto a liderar la reformulación de la estrategia republicana, el ejemplo de José Montilla ha cundido entre sus socios.

Puigcercós anunció su decisión al tiempo que el número dos de su lista, el presidente del Parlament, Ernest Benach, hacía público que no recogerá su acta de diputado y abandona la primera línea política. Con 218.000 votos y diez diputados Esquerra ha perdido más de la mitad de su grupo parlamentario y se ha quedado en un tercio de los 600.000 sufragios cosechados por la candidatura de Josep Lluís Carod-Rovira en las generales de 2004. Tras esta severa derrota, tanto Puigcercós como Benach optaron por sendos comunicados en internet para explicitar sus inmediatas decisiones de futuro. En ellas, Puigcercós se declara «con fuerzas para enderezar la situación» pero asume que «si el Consejo Nacional me retira su confianza, daré un paso atrás y seguiré trabajando por el proyecto de Esquerra desde la más estricta militancia de base».

El actual líder de ERC lleva apenas dos años al frente de la formación republicana, tras arrebatarle la presidencia, hace dos años, a Carod-Rovira, quien de momento guarda escrupuloso silencio sobre los resultados de Esquerra. El vicepresidente en funciones de la Generalitat fue excluído de las listas republicanas, en las que sí se integraron sus más cercanos colaboradores, como el propio Benach. Entonces, con unas encuestas que ya advertían de la caída, Carod dejó claro que la venganza es un plato que se sirve frío y que no hablaría hasta el día 29. Pero la hecatombe sufrida por sus rivales en Esquerra parece haber llevado a Carod a darse tiempo para orquestar su retorno a la primera plana, un retorno que según algunas fuentes podría producirse en una entrevista en TV3 la próxima semana.

Paralelamente, el todavía presidente del Parlament anunció que tampoco recogerá su acta como diputado, tal y como el día anterior explicó José Montilla. Benach, históricamente mano derecha de Carod-Rovira, se presentó en el último congreso como candidato a la presidencia del partido contra Puigcercós, pero en el último año habían cerrado el cisma entre las dos corrientes que quedaban tras la escisión de Joan Carretero, por un lado, y Uriel Bertran, por otro, que se ha unido al proyecto de Joan Laporta. «Los resultados del domingo son malos. Habrá que reflexionar y hacer una renovación a conciencia» afirmó Benach en su carta de despedida. Una conclusión que contrasta con la voluntad declarada por Puigcercós de seguir pilotando la nave independentista, y que choca tras la renovación ya emprendida por Puigcercós hace apenas dos años. Algunas fuentes apuntaban ya ayer al candidato de ERC a la alcaldía de Barcelona, Jordi Portabella, como uno de los dirigentes que podría disputarle la dirección del partido a Puigcercós.

En este contexto, el portavoz de ERC en el Senado, Carles Bonet, defendió que Puigcercós debería dimitir definitivamente y abogó por «un periodo de reflexión tanto de políticas como de personas» en el seno de ERC. Bonet valoró positivamente la decisión de Puigcercós de poner su cargo a disposición del Consejo Nacional y cree que ya debería haber dado este paso en la Ejecutiva celebrada este lunes. El secretario de Política Lingüística de la Generalitat, Bernat Joan, y el eurodiputado Oriol Junqueras, también han cuestionado la estrategia que ha llevado al partido a su debacle.