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El Madrid no vio el balón ante la magia de Xavi e Iniesta

Los «pequeñitos» se adueñaron del partido y descorcharon a Villa ante un rival perdido

AFP

J. M. C.

El fútbol creativo de Iniesta y Xavi es demasiado para el Real Madrid. El Barcelona impuso la ley de su balompié elaborado. Fue netamente superior. Solo Cristiano plantó cara.

Porteros

Casillas fue mejor que Valdés

Fue la única línea en la que venció el Real Madrid. Víctor Valdés cometió un penalti no señalado al trabar con las dos piernas a Cristiano Ronaldo y cometió el error de «despertar» a los blancos durante un cuarto de hora al calentar el incidente entre Guardiola y Ronaldo, comenzado por un gesto antideportivo de Pep, quien no quiso dar la pelota al portugués en un saque de banda. Casillas recibió cinco tantos y salvó dos goles en duelos «uno contra uno» con Pedro y Villa. Al menos se dedicó a lo suyo: parar.

Defensa

Iniesta y Messi rompieron la zaga blanca

Iniesta regateó a todo el que quiso y a Xavi ya ni le entraron. La defensa madridista se hizo trizas con el pase de Andrés que Xavi convirtió en el primer tanto del encuentro. Hasta David Villa, un jugador que no destaca por el regate, quebró a Sergio Ramos en el 2-0 de Pedro y se escapó con desmarques sensacionales para conseguir dos dianas de postre.

Messi, por su parte, mareó a toda la línea destructiva visitante. Hizo sufrir tanto a a Marcelo que el brasileño fue sustituido. Carvalho se perdió entre el ciclón azulgrana. Mantuvo su colocación, una virtud inválida ante la rapidez del fútbol barcelonista.

Únicamente su compatriota Pepe mantuvo el tipo al frenar a Leo en penetraciones de vértigo. Jugó al límite del riesgo, pues fue amonestado al agarrar po un brazo al argentino en una incursión de gol. La retaguardia madridista, en fin, se vio desarbolada por un enemigo excesivamente superior. Los mediocampistas no les ayudaron tampoco en esa misión.

Enfrente, la zaga azulgrana aprobó el examen sin sudar. Con soportar las ráfagas de clase de Cristiano, que desapareció tras el descanso, fue suficiente para sacar un suficiente.

Puyol, como siempre, fue el baluarte. Alves estuvo oscuro, pero fue tal la diferencia entre ambos onces que el lateral se permitió el lujo de desaparecer del clásico sin que nadie le echara en falta. Piqué estuvo soberbio con sus pases precisos.

Centro del campo

Un espectáculo azulgrana

En el centro del campo se decidió el clásico desde el pitido inicial. Los «pequeñitos», Xavi e Iniesta, se adueñaron del balón y dieron hora y media de espectáculo. El rival se asustó ante los pases mortales del dúo del fútbol inventado. Xabi Alonso se quedó solo ante el peligro. Ozil, asustado ante la trascendencia del derbi, no existió. Y Khedira únicamente apareció en labores destructivas. La línea mediocampista visitante nunca estuvo. Lass salió y al menos puso carácter.

Delantera

Cristiano, frente a todo un ataque campeón

La comparación es imposible. La exhibición del triunvirato ofensivo azulgrana ofreció una amalgama de pases, remates y goles que ningún otro equipo del planeta puede emular. Messi trajo en jaque a todo el mundo. Villa se destapó con sus diagonales y sus tantos. A Pedro no le vieron los defensas visitantes, jugando entre líneas. Y Jeffren puso «la manita». Enfrente, CR era el único que atacó con peligro cuando recibió el balón. Le hicieron un penalti que pudo ser el 2-1, pero quiso y no pudo, huérfano de ayudas de Benzema y de Di María.

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