«Todo comenzó con un dolor de garganta», explicaba hace un par de meses el oscarizado actor, que acaba de estrena «Wall Street: el dinero nunca duerme». Y anunciaba que había comenzado una lucha desesperada contra su tumor mediante ocho semanas de duras sesiones de quimioterapia y radioterapia, con las que «los médicos estás muy contentos» y de la que parece estar recuperándose, según declaró su representante, Allen Burry, «perfectamente bien».
Douglas «se ríe» de esos rumores que dicen que se está despidiéndose de su mujer
El propio representante declaraba que Douglas «se ríe» de esos rumores «ridículos», pues los doctores estaban contentos de cómo había ido la quimioterapia. Sin embargo, las malas noticias difundidas por los medios de comunicación no auguran nada bueno: que si unas fotos del actor con una aspecto bastante demacrado, que si podía perder la voz, que si el enorme enfado de Catherine con los médicos por no haberle detectado el cáncer a tiempo o que si los temores de la pareja porque estos días puedan ser los último que pasen juntos.
Y es que la mala suerte no cesa para el actor, que en los últimos tiempos ha tenido que afrontar primero sus problemas de alcoholismo, después una demanda de su ex mujer, en un divorcio que figura entre los más caros de la historia, luego el encarcelamiento de su hijo Cameron por tráfico de drogas y, a las puertas de su décimo aniversario de boda con Catherine Zeta-Jones, un cáncer en fase cuatro.
Aniversario agridulce
«No está mal para la pareja que no iba a durar, ¿no?», ironizaba Douglas
Muchos eran los escépticos (¿envidiosos?) que creían que su romance era antinatural por los 25 años que separaban al actor de aquella joven actriz de curvas perfectas que acaba de comenzar a despuntar en Hollywood con películas como «La máscara del Zorro» (1998) o «La trampa» (1999). Pero hoy, el famoso matrimonio cumple 10 años y ya nadie parece dudar de un amor que se ha sellado con dos hijos.
«Ni los 25 años que separan a Douglas de Zeta-Jones (el primero ha cumplido los 55 y ella los 30) ni la persecución de los “paparazzi” a que se ven continuamente sometidos parecen desanimar a los actores», podía leerse en ABC a principios de 2000, cuando ya sonaban las campanas de boda. «No está mal para la pareja que no iba a durar, ¿no?», ironizaba hace poco el oscarizado actor, poco antes de que regresar de «unas magníficas vacaciones por España y Rusia» y tener que dirigirse al hospital por unas molestias en la garganta.