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Tras el rastro del novio de la degollada

La Policía identifica el cadáver de la joven hallada en una maleta y localiza el piso donde la mataron, en Leganés

JOSÉ ALFONSOJOSÉ ALFONSO

C. HIDALGO/M. J. ÁLVAREZ

Vivía en el barrio, era española, tenía 20 años y convivía con un joven extranjero. Así apuntan los primeros indicios policiales acerca de la identidad de la joven degollada que apareció metida en una maleta y dentro de un contenedor de basura en Leganés. Por otra parte, un familiar telefoneó a un canal de televisión y explicó que la chica tenía 16 años y que con quien vivía era con su novio, peruano y de 21 años. La edad, sin embargo, no fue confirmada por ninguna fuente policial. Sea como fuere, lo que queda descartado es que el móvil de este escabroso crimen tenga algo que ver con la prostitución o un ajuste de cuentas. Todo apunta más a una riña salvaje de pareja. El Grupo X de Homicidios busca al novio de la muerta.

El barrio leganense de El Carrascal quedó consternado el miércoles con la noticia: a las 16.45, un indigente conocido en la zona, de origen magrebí, encontraba una maleta cuando rebuscaba entre la basura. Al tirar de ella para llevársela, notó que pesaba demasiado. La abrió y se llevó la mayor sorpresa de su vida: había un cadáver dentro. Ayer, ABC pudo saber que la víctima convivía con un chico, con el que podría mantener una relación, en un piso alquilado, de la misma zona. La familia de la joven, que reside en Parla, ya tiene conocimiento de su destino fatal.

La propia casera de la vivienda reconoció que había visto a la fallecida con el joven, un peruano de 21 años, pocas horas antes cerca de la vivienda. Cada una de las habitaciones del domicilio estaba arrendado a parejas. Se encuentra cerca de la avenida de Alemania, donde estaba la maleta con el cadáver. La casera explicó que no tenía los datos concretos del joven peruano, puesto que le había alquilado el piso sin contrato.

Nada más conocerse el suceso, el Grupo X de Homicidios se puso manos a la obra. La Policía delimitó un radio de búsqueda cercano en torno al punto donde un mendigo realizó el macabro hallazgo; rastreó piso por piso los bloques de viviendas, buscando alguna pista. Hasta que dieron con el domicilio sospechoso. Los investigadores peinan la vivienda, habitación por habitación, en busca de cualquier resto biológico que pueda haber. Se ha encontrado sangre en la cama que ocupaba la pareja. El asesino le dio la vuelta al colchón y lo volvió a colocar sobre el somier.

Ahora, habrá que cotejar cualquier vestigio con la víctima. Si el homicida ha intentado limpiar la sangre o cualquier otro resto, un exhaustivo análisis también lo determinará. A partir de ahí, vendría la reconstrucción de los hechos. En cuanto al móvil, no tiene nada que ver con la prostitución ni es fruto de un ajuste de cuentas, indicaron a este periódico fuentes del caso, que se inclinan más por una riña entre una pareja, aunque no se trata en absoluto de una hipótesis cerrada. Si hubo una pelea porque la chica quiso romper algún tipo de relación con su asesino es otro punto que debe determinarse.

Tres o cuatro horas muerta

Lo que también parece confirmarse es que a la mujer la mataron con un cuchillo, el mismo que fue encontrado en el contenedor, junto con la maleta. Tanto la maleta como el propio contenedor de basuras han sido trasladados a dependencias de la Policía Científica, y están siendo examinados minuciosamente.

En cuanto a la hora de la muerte, hay indicios que apuntan a que pudo cometerse pocas horas antes de que el mendigo encontrara el cuerpo degollado de la chica: entre tres y cuatro, indicaron las mismas fuentes. No parece que la víctima fuera forzada sexualmente. Su asesino le quitó la ropa, se deshizo de ella y metió el cuerpo en una maleta, que abandonó en un contenedor próximo.

El destino se cruzó de manera casi providencial y trastocó sus macabros planes. En esa zona, el camión de la basura pasa a recoger los residuos de madrugada, con lo que, si no se hubiese interpuesto el mendigo en su camino, el autor de la muerte quizá habría evitado el hallazgo del cadáver, al menos, en Leganés.

Con ésta son 35 muertes violentas las registradas en la región en lo que va de año, la cifra más baja de los últimos lustros, según el recuento de este periódico. De ellas, seis se han perpetrado en Leganés, la segunda ciudad, tras la capital, con más crímenes en 2010.

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