UGT rehabilitó varios locales y sedes con fondos de Fundescan

La crisis interna abierta en el seno de UGT-Canarias no es casual. La inquietud se ha apoderado del sindicato desde que estallara la quiebra de Fundescan con un «agujero» de casi nueve millones de euros que ha puesto sobre la mesa los problemas económicos de la organización y sus vías de financiación ilegales. Además, según la querella criminal presentada por un colectivo de trabajadores ante un presunto delito continuado de apropiación indebida y a la que ha tenido acceso ABC, UGT no solo pagaba a alguno de sus altos cargos con dinero procedente de las subvenciones del Servicio Canario de Empleo, sino que además, ha rehabilitado alguna de sus propiedades con fondo de la Fundación.

Es el caso, por ejemplo, de la sede de Fundescan en Las Palmas de Gran Canaria. En sus primeros años de vida se utiliza un local alquilado en calle Viera y Clavijo de la capital pero ante el ánimo de contar con una sede propia y aumentar el patrimonio del sindicato, se adquiere un local en la calle Franchy Roca. La operación se fragua con fondos de la organización regional (80 por ciento) y la nacional (20 por ciento), y una vez en manos del sindicato, se alquila a Fundescan a cambio de una cuantiosa renta mensual.

Pero hay más casos. En el municipio tinerfeño de La Orotava, concretamente en la calle Cantillo, UGT tenía un local en avanzado estado de deterioro que fue rehabilitado gracias a distintos proyectos de escuela taller sufragados por subvenciones del Servicio Canario de Empleo. En el municipio tinerfeño de La Orotava, concretamente en la calle Cantillo, UGT tenía un local en avanzado estado de deterioro que fue rehabilitado gracias a distintos proyectos de escuela taller sufragados por subvenciones del Servicio Canario de Empleo. Allí se crearon varias aulas de formación bien equipada y una vivienda grande que ha sido utilizada como Casa de Acogida «Tágara» para mujeres víctimas de malos tratos. Otro de los locales rehabilitados a costa de Fundescan es la Casa Sindical que tiene UGT en el municipio grancanario de Arucas, en la calle Alcalde Suárez Franchy.

En 2005 se realizó una profunda reforma de aulas, baños, tabiques y ventanas, y en la actualidad se utiliza como oficinas del sindicato. Parecido «modus operandi» se utilizó con el local de UGT del municipio tinerfeño de Adeje donde también se realizaron grandes obras de reforma y rehabilitación. En esa sede, UGT tiene los departamentos de asesoría jurídica y federaciones sindicales. Lo mismo ocurre en la sede del sindicato en los Llanos de Aridane (La Palma), que fue rehabilitada con cargo a Fundescan. Las oficinas son utilizadas por el Gabinete de Prevención de Riesgos Laborales. En muchas ocasiones, Fundescan también ha costeado diverso mobiliario y equipamiento informático y distintas facturas de consumo de agua, luz y teléfono.

Tras la dimisión de Juan Ignacio Fonte como secretario general de UGT-Canarias por discrepancias internas, especialmente con su secretaria de Organización, Guadalupe Parrilla, muchas incógnitas se ciernen sobre el futuro del sindicato. Mañana mismo, la ejecutiva ya tomará una decisión sobre su sustituto porque quieren zanjar la crisis con rapidez, más aún en el actual contexto laboral y económico donde los trabajadores esperan del sindicato mensajes firmes y unívocos. UGT también tendrá que reponer las bajas de otros dos secretarios. El panorama que se va a encontrar su sucesor es desalentador. La situación económica es crítica. Tras la quiebra y concurso de acreedores de Fundescan, el sindicato ha tenido que presentar cuantiosos avales bancarios para poder recurrir a las múltiples sentencias judiciales que reconocen la vinculación entre la Fundación y UGT. Aún quedan varios trabajadores en situación de limbo laboral pues no se han acogido a Expediente de Regulación de Empleo ni han sido despedidos por lo que llevan casi un año sin cobrar su salario ni las prestaciones por desempleo.

Asimismo, sobre varios miembros de la Ejecutiva pesa una querella criminal por apropiación indebida, entre ellos, tres ex secretarios generales de UGT: el propio Fonte, Carlos Ucha y Alicia Rodríguez.