Europa «calienta» el G-20 al calificar de egoísta a Estados Unidos

La cumbre de los países más ricos del mundo (G-20) que comienza el jueves en Corea amenaza con ser una de las más difíciles a tenor de las declaraciones que están haciendo los días previos algunos de sus miembros. Hoy ha sido el turno para el Presidente del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker , que ha dejado por un momento su buen humor habitual para criticar abiertamente la política deliberada que lleva a cabo Estados Unidos para mantener ficiticiamente bajo el dólar y, de este modo, ayudar a la recuperación de la economía de ese país por la vía del aumento de las exportaciones y en detrimento de monedas más fuertes, como es ahora el caso del euro.

Juncker, que ha comparecido ante el Parlamento Europeo en calidad de jefe máximo de los dieciséis países que forman la moneda única, ha asegurado que “el dólar no se encuentra en el nivel que debería en relación al euro y las tasas de cambio deben reflejar, ante todo, la situación de la economía a la que representan y las tasas de cambio de las divisas no deben obedecer a intereses nacionales inspirados en la mayoría de las ocasiones por actitudes egoístas”.

El Presidente del Eurogrupo pone así claramente sobre la mesa del G-20 el miedo de los europeos a que Estados Unidos se lance a una guerra de divisas para intentar reactivar su economía por la vía de la exportación, lo que perjudicaría claramente al resto de grandes bloques comerciales mundiales, entre ellos Europa, y pondría a la economía mundial en la tesitura de volver a la actitud proteccionista, lo que retrasaría sin duda la recuperación económica a nivel global.

Por su parte el Presidente del Banco Central Europeo, Jean-Claude Trichet, ha asegurado esta mañana desde Basilea que él está a favor de que haya más flexibilidad en materia de tasas de cambio de las divisas .

Todas estas declaraciones se producen después de que la Reserva Federal norteamericana decidiera la semana pasada inyectar liquidez en dólares en el mercado mediante la compra de obligaciones del Estado con el fin de reactivar la economía. El resultado inmediato fue la depreciación del dólar y la consiguiente subida del valor del euro hasta los 1,42 unidades frente al billete verde, un nivel que no se conocía desde enero de este año y que debilitará las exportaciones europeas.