Celso Albelo hace historia en Venecia

El tenor consiguió despertar el entusiasmo de uno de los auditorios más exigentes de Italia, hasta el punto de tener que bisar el aria «Una furtiva lágrima», una de las más conocidas y exigentes del repertorio belcantista, tras la petición unánime del público. Hacía casi dos décadas que un cantante no lograba este hito en una noche de estreno, que apenas diez minutos después repetía su compañera de reparto, la soprano italiana Desiree Rancatore.

Albelo, que todavía tiene por delante cuatro funciones más de esta coqueta producción de Bepe Morassi y dirigida desde el foso por Matteo Beltrami, se apunta así otro triunfo en apenas dos meses, después del logrado en La Coruña en el mes de septiembre con «La fille du regiment». El aplaudido y divertido Nemorino del intérprete canario llegará a los escenarios españoles el año próximo, cuando represente este «L'elisir d'amore» en los festivales de ópera de Las Palmas de Gran Canaria y La Coruña, nuevamente.

Nacido en Santa Cruz de Tenerife, Celso Albelo estudió canto con la profesora Isabel García Soto en el Conservatorio Superior de Música de la ciudad, inscribiéndose después en la Escuela Superior de Música Reina Sofía de Madrid, para estudiar durante tres años con Tom Krause y Manuel Cid. Perfeccionó sus estudios junto a Teresa Berganza, Sarah Walzer, Magda Oliviero, William Mateuzzi y, más recientemente, con Carlo Bergonzi. Ha actuado en numerosos recitales en España, Estados Unidos, República Dominicana, Holanda y Bélgica.

Acompañado por el pianista Juan Francisco Parra, protagonizará la VIII edición del Concierto-Homenaje a Alfredo Kraus, que se celebrará el miércoles, 24 de noviembre, en el Auditorio de la capital grancanaria.