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Cristiano, «arma letal 4»

El portugués suma 43 goles en 46 partidos, con un promedio de oro: 93 por ciento

AFP

tomás gonzález-martín

Ni cinco defensas ni once. Si el Real Madrid aplica la velocidad que Mourinho desea emplear al balón, no hay sistema que aguante. La conexión argentina, Di María-Higuaín, es un espectáculo. El entendimiento entre Cristiano y el «Pipa», esos que dicen que se tienen celos, genera un dúo atacante inmejorable. Y los pases de Pepe y Ozil abren tanto el abanico de opciones que el adversario ya no sabe a quien vigilar. Los blancos metieron la sexta marcha desde el primer minuto y CR se colocó como Pichichi solitario de la Liga, con nueve goles, secundado por el argentino, con cinco. Y eso que decían que el fútbol de Mourinho es defensivo, ajeno a la belleza. El Bernabéu disfrutó con «el proyecto de los portugueses»: CR7 rubricó cuatro aciertos en una noche de cine, el técnico escuchó la felicidad de la grada y la dupla de centrales Carvalho-Pepe es la mejor del club desde hace décadas.

El Madrid no quiere que le regalen goles. Sabe que cuenta con los mejores rematadores del campeonato. La propia estadística del club expresaba antes del encuentro que CR sumaba cinco dianas, no seis como reflejan otras que añaden aquel gol de Anoeta que logró Pepe. El número «siete» anotó ante el Racing cuatro dianas con la mejor alimentación que todo delantero desearía recibir: los pases de Higuaín, Ozil y Di María. El conjunto de Portugal —Miguel Ángel— quiso frenar a los dos puntas y se olvidó de anular a los surtidores del juego madrileño.

Miguel Ángel Revilla, el presidente de Cantabria, definió sin anchoas la clase del conjunto blanco. «Este Madrid da miedo. Higuaín y Ronaldo son arma letal 2».

CR fue «arma letal 4» . Gastó el cargador. Sus números dan miedo, como dice Revilla: 43 goles en 46 partidos con el Madrid. Un porcentaje del 93 por ciento. Como en los viejos tiempos, cuando Puskas marcó 156 tantos en 180 enfrentamientos disputados entre 1958 y 1966. Cristiano es un delantero con la aureola de aquella época de oro.

La cruz de la fiesta del líder fueron los silbidos a Benzema. Falló en tres ocasiones y el público no le perdonó. Reconoce el francés que Mourinho no le saca más minutos porque no corre por todo el campo. Es la diferencia del Madrid con otros clubes. Su grandeza histórica se basa en esa lucha hasta la extenuación. El técnico luso es reflejo de esa entrega. Anoche, en vez de deleitarse con el 6-1, sacó el látigo de la advertencia contra la confianza: «Si el Murcia nos hace en la Copa (el próximo martes) lo mismo que sucedió con el Alcorcón, les pongo la cruz...y conmigo están muertos». Desea conquistar la Copa: «En Murcia juega Cristiano. Solo descansan Alonso, Ozil y Carvalho».

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