número cien del suplemento empresa
«El riesgo a un nuevo ataque a la griega ha quedado atrás, pero no el efecto contagio»
El dominical económico de ABC celebra hoy sus cien números con una extensa entrevista con la ministra de Economía y Hacienda Elena Salgado, de la que reproducimos parte aquí
yolanda gómez y maría jesús pérez
Elena Salgado es optimista pero también prudente al hablar sobre el futuro. Asegura que España avanza en la corrección de sus desequilibrios, pero reconoce que todavía queda trabajo por hacer y comparte con el gobernador del Banco de España la afirmación de que estamos y ... vamos a seguir estando bajo vigilancia. Además, aunque a su juicio el riesgo de una crisis a la griega ya ha quedado atrás, el efecto contagio todavía está vivo. «Los mercados van a seguir examinando con toda atención si España hace las reformas a las que se ha comprometido y si lleva a cabo la reducción del déficit que se ha puesto como objetivo», reconoce. No tiene preparado un plan B por si fallan sus objetivos presupuestarios, porque está convencida de que no será necesario. Pero tiene claro que reducir el déficit es y seguirá siendo un objetivo prioritario e irrenunciable para el Gobierno.
Déficit y gasto
—Hace escasos días, el gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, y el Fondo Monetario Internacional (FMI) han pedido al Gobierno español que tenga preparado un plan B por si no se cumplen los objetivos de déficit ¿Lo van a preparar?
—No creemos que sea necesario.
—Pero la previsión de crecimiento que tiene el Gobierno es prácticamente el doble que la de los organismos internacionales y que el consenso de analistas, lo que se puede traducir en menores ingresos y por tanto en más déficit.
—La previsión de ingresos es conservadora. Para un crecimiento del 1,3% hay una banda de ingresos posibles y nosotros nos hemos situado en el punto bajo de esa banda. Además estoy convencida de que en los próximos meses poco a poco los analistas se van a ir acercando a nuestra previsión de crecimiento, como ya hicieron el año pasado y como va a pasar también éste.
—¿Será necesario aumentar los controles sobre los entes territoriales y fijar techos de gasto para garantizar que mantengan la senda de estabilidad?
—No, de hecho una de las cosas que recomendó el gobernador que había que hacer ya está hecha —algo que me sorprende que no supiera, por cierto— que es condicionar las autorizaciones de deuda al cumplimiento de los objetivos de déficit. Esto ya se acordó y ya se está haciendo. Respecto a los techos de gasto, lo que nos preocupa es el cumplimiento del objetivo de déficit, no el tamaño del sector público. Las comunidades autónomas deben tener una cierta autonomía en esta materia y, de hecho, la hay. Una comunidad puede decidir obtener más ingresos o pensar que los va a tener y, por tanto, tener un mayor margen para el gasto cumpliendo el objetivo de déficit. Les pongo un ejemplo: la Generalitat de Cataluña ha decidido subir el IRPF en cuatro puntos a partir de una determinada renta. El margen que le van a dar esos ingresos adicionales puede revertirlo en el gasto sin riesgo de incumplir su objetivo de déficit. Eso quiere decir que si el Gobierno central impone una limitación en el techo de gasto está limitando la autonomía y el autogobierno de las comunidades autónomas más allá de lo que permite nuestra ley de estabilidad.
—¿Pero al Estado sí se le fija ese techo de gasto?
—Sí, claro, pero nos lo fijamos nosotros. Cuestión distinta sería que las comunidades autónomas, lo mismo que ha hecho el Estado, se fijen un techo de gasto.
—¿Se podría obligar a las autonomías a que se fijen ese límite?
—Pueden hacerlo ellas mismas si quieren. El Gobierno ha visto que el techo de gasto es una herramienta útil porque previo a la discusión de las distintas partidas presupuestarias, todos sabemos con qué dinero global se puede contar. Y a partir de ahí hacemos las cuentas. ¿Quiere decir eso que si no tuviéramos el techo de gasto incumpliríamos el objetivo de déficit? No, es un instrumento presupuestario, uno más.
—Europa ahora está debatiendo nuevos mecanismos para hacer un control previo de los presupuestos nacionales, ¿no se podría extender ese control también a las administraciones territoriales?
«En los próximos años, Europa nos obligará a todos a hacer algunos cambios en procedimientos de presupuesto»
—En los próximos años, cuando avancemos en esa gobernanza europea, es posible que todos tengamos que hacer algunas modificaciones en los procedimientos presupuestarios, tanto el Gobierno central como las comunidades autónomas. Si Bruselas nos pide seis meses antes que enviemos un resumen de lo que van a ser nuestras políticas, nosotros enviaremos nuestro techo de gasto, mientras las autonomías enviarán lo relativo a sus políticas, y eso seguramente nos obligará en lo sucesivo a hacer alguna modificación del procedimiento presupuestario, pero sin necesidad de afectar al autogobierno como afectaríamos si nosotros desde el Estado le dijéramos a una comunidad autónoma lo que se puede gastar, con independencia de cuál sea la libertad que tienen que tener a la hora de fijar sus propios impuestos o ingresos.
—La Hacienda estatal hace público cada mes cómo va la ejecución del presupuesto, pero de las autonomías y los ayuntamientos no sabemos nada hasta medio año después de que se haya cerrado el ejercicio. ¿No es necesaria más transparencia?
—La ley de estabilidad presupuestaria dice que cada tres meses las autonomías tienen que proporcionar información al Gobierno, y eso lo hacen.
—¿Pero no se hacen públicos los datos?
—La ley no dice que tengan que hacerse públicos.
—¿Y con esos datos que el Gobierno sí conoce de la evolución de los ingresos y gastos de las autonomías, hay riesgo de que no cumplan sus objetivos de reducción del déficit este ño?
—Cumplirán los objetivos.
—Cataluña va a emitir pagarés para financiarse a unos tipos muy elevados. ¿Es una muestra de las dificultades de las comunidades para obtener financiación?
«No es la primera vez que se produce que una autonomía emita deuda»
— Es cierto que los mercados están en una actitud muy exigente con respecto a la deuda de las administraciones territoriales. Pero creo que no hay que dar demasiada importancia a esa modalidad de emisión que, por otra parte, no es la primera vez que se produce. Es verdad que los tipos de interés son altos, motivados seguramente por la competencia de los depósitos a plazo.
—También han puesto límites al endeudamiento de los ayuntamientos, pero no a todos. El PP se queja de que solo se le han puesto límites a los suyos.
—Eso no es verdad. Hay dos ayuntamientos del PP, el de Madrid y el de Valencia, que son los más endeudados de España. Los ayuntamientos tenían un límite de endeudamiento del 110% de sus ingresos corrientes, pero ha habido una circunstancia excepcional por la cual se les ha permitido que durante un año se endeuden hasta el 125%. Me llama la atención que se cuestione la capacidad del Gobierno para poner un límite de endeudamiento al 75% y no se cuestionara cuando se cambió del 110% al 125%. En el momento en el que el Gobierno hace una propuesta y el Parlamento la acepta —que se pase del 110% al 125%— es completamente legal y no tiene ningún viso de inconstitucionalidad. ¿Y si se pasa al 75%, ya es inconstitucional? Ese argumento no se sostiene de pie ni un instante.
—No nos negará que en esta materia el Gobierno ha dado muchos bandazos. Primero se prohíbe el endeudamiento desde el segundo cero, luego a partir de principios del año que viene, después se permite a unos sí y a otros no… Tanto cambio siembra ciertas dudas...
«Las rectificaciones con la deuda de ayuntamientos no tuvieron ningún efecto»
—Esas medidas anunciadas no tuvieron ningún efecto porque las cambiamos antes de que entraran en vigor. Además, según la ley vigente, los ayuntamientos solo se pueden endeudar a largo plazo para financiar sus inversiones, no para gastos corrientes como pagar la luz de la M-30 o los salarios de los empleados. Para eso no se pueden endeudar, la ley de Haciendas locales lo prohíbe.
Segunda crisis de deuda
—El Banco de España ha advertido de que España va a estar bajo vigilancia durante mucho tiempo. Hasta ahora el país se ha librado del estallido de la nueva crisis de deuda que ha afectado a Irlanda y Portugal pero ¿está completamente a salvo?
—En vigilancia están todos los países de la zona euro, entre otras cosas porque en el seno del Eurogrupo ya hemos decidido que vamos a hablar más de desequilibrios macroeconómicos. Ya saben que España se ha ofrecido voluntaria para el primer ejercicio de examen de nuestros desequilibrios macroeconómicos. Hemos tenido como examinador a Alemania. Nos han comparado con Finlandia, un país muy competitivo. ¿Qué aprenderemos de esto? que lo que hace cada país influye en el resto, y por tanto hay que tratar de evitar que esos desequilibrios macroeconómicos tengan consecuencias para la estabilidad del euro.
—También estamos bajo vigilancia de los mercados...
«Los mercados son conscientes de que España tiene muchos desequilibrios»
—Los mercados son conscientes de que España tenía unos desequilibrios muy importantes que, si bien se van reduciendo, aún no se han corregido del todo. Teníamos un desequilibrio muy importante en el sector de la vivienda, que acarreó un fuerte endeudamiento de familias y empresas, sobre todo promotoras que, por cierto, no desaparece de golpe y que además ocasiona que cuatro puntos del PIB tengan que trasladarse a otros sectores. Estos desequilibrios están en vía de solución. Hemos reducido a la mitad nuestro déficit exterior en dos años, pero aún nos queda camino. El nivel gobal de endeudamiento tardará más tiempo en reducirse hasta parámetros razonables. Por tanto, efectivamente, los mercados van a seguir examinando con toda atención si España hace las reformas a las que se ha comprometido y, si lleva a cabo la reducción del déficit a la que también se ha comprometido. Habría que tener en cuenta que, en términos relativos, es la reducción más alta de nuestra historia, ya que ha habido otro momento en el que hemos reducido el déficit en una cuantía similar pero en una época de crecimiento económico. Ahora estamos reduciendo el déficit en un momento de contracción —este año—, o de un crecimiento limitado —en el año siguiente—. El reto es muy importante. Los mercados valoran, como decía el informe de Moody’s, que estamos cumpliendo con nuestros compromisos.
—Moody’s ha bajado la calificación de la deuda española...
—Moody’s no tiene ninguna preocupación y de hecho, la calificación de la deuda a corto plazo no la ha variado.
—¿Qué posibilidades hay de que España sufra un nuevo ataque a la griega, como ocurrió la pasada primavera?
«El efecto contagio de la crisis griega no ha quedado atrás»
—No creo que suceda. Ya en mayo vimos a posteriori que había detrás mucha desconfianza sobre el sistema financiero. Se pensaba que había un desequilibrio en el sector financiero que no había aflorado todavía. Luego demostramos que eso no era así. Además nuestros «test de estrés» se han hecho en pleno proceso de reestructuración y aún así han salido bien. Nuestro sector financiero ha demostrado ser un sistema solvente y sólido en unas condiciones malas, por lo que será todavía mejor cuando las condiciones mejoren. Creo que el riesgo como tal ha quedado atrás. Lo que no ha quedado todavía atrás y por eso seguimos manteniendo ese fondo de reestructuración financiera, es el efecto contagio.
—Entonces, ¿la amenaza del contagio sigue todavía ahí?
—Sí, la amenaza del contagio está ahí, pero no solo sobre España, también sobre otros países, como por ejemplo Italia. Cuando se hablaba de que la deuda griega podría sufrir un «default» el país más afectado no era España.
Sistema financiero
—¿Eran Francia y Alemania?
—Eran los países cuyos bancos tenían en su poder más títulos de deuda griega, más riesgo concentrado. Por este motivo digo que además del país que lo sufre, los efectos del contagio están ahí.
—El Fondo Monetario Internacional asegura en su último informe de estabilidad financiera que los riesgos en el sector aún no han pasado. Y las cajas españolas no salen muy bien paradas en su análisis...
«Los SIP van a ser una estructura de transición hacia un banco y algo más»
—Para el FMI es muy difícil pasar de decir que hay probabilidad de pérdidas tan altas como se habían dado en el informe anterior a decir que todo es estupendo.
—Quizás a España se le critica la presencia de tanto SIP en el proceso de reestructuración del sistema financiero.
—Los SIP en algunos casos van a ser una estructura de transición, hacia un banco y una fundación, un banco y una caja de ahorros… Por ejemplo, en el caso de Caja Madrid ya se ha dicho que es una estructura de transición.
Crecimiento económico
—Cambiando de tercio, ¿cómo va nuestra economía? Ya hemos cerrado el tercer trimestre y seguimos con el debate de si habrá una recaída del PIB, o si no.
—Es el debate de la centésima del punto porcentual.
«Los datos nos dicen que no va a haber crecimientos negativos estos trimestres»
—El Gobierno es en parte responsable de ese debate, porque ha negado siempre y de manera tajante que vayamos a volver a crecimientos negativos. Podía haber dicho, como algunos economistas, que es insignificante que la economía crezca una décima o que caiga una décima...
—Con los datos que tenemos, que no llegan todavía al 50% de los que se utilizan para configuran el crecimiento del Producto Interior Bruto, seguimos con nuestra previsión de que no va a haber crecimientos negativos y ya hay servicios de estudios que comienzan a decir lo mismo; algunos, como el BBVA, son incluso más optimistas.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete