Primer detenido por el vertido en Hungría
El director de la empresa fue interrogado ayer, después de que Orban interviniera la compañía
JOSÉ GRAU
Mientras los obreros húngaros trabajaban a toda prisa para terminar el nuevo muro de contención de la balsa tóxica de la metalúrgica de aluminio MAL — que se esperaba que estuviera terminado a última hora de ayer— el primer ministro de Hungría, el conservador Víctor Orban, ... dio la campanada al anunciar que Zoltan Bakonyi, máximo responsable de MAL, estaba «bajo custodia» y la Policía le estaba interrogando. En medio de la tensión, Tibor Dobson, el portavoz de los servicios de emergencia, anunció que había sido encontrada la víctima desaparecida en los aledaños de la localidad de Devecser, con lo que finalmente el número de muertos por la tragedia se elevaba a ocho.
Según declaró ayer Orban en el Parlamento, el Gobierno tenía previsto indemnizar a los afectados por el vertido y también preservar los puestos de trabajo en la planta de aluminio, pero todo ello pasaba por pedir cuentas a los responsables del desastre e identificar otras instalaciones industriales potencialmente peligrosas. «La compañía responsable del vertido de lodo rojo y sus activos deben quedar bajo control estatal en tanto se llevan a cabo estas cuatro labores», sostuvo sobre MAL, cuya planta en Ajka (al suroeste del país, a unos 130 kilómetros de la capital, Budapest) es la única que produce aluminio en Hungría.
Según subrayó Orban, de momento se iba a designar una comisión estatal encargada de hacerse con el control de MAL y de gestionar sus activos. El máximo dirigente del país expresó ante los congresistas —que guardaron un rato de silencio por la tragedia— lo que todos los húngaros piensan: ha de ser MAL, una empresa privada, la que pague por lo ocurrido.
Reanudar la actividad
La medida de Orban sin duda alguna va a contar con el favor de los magiares, que se desayunan estos días en sus principales periódicos con fotos impactantes de la zona, y titulares como: «Aquí ya no se puede vivir», «Destrucción completa de la flora y de la fauna» o «Lodo corrosivo». A esto se une que MAL tampoco es que haya hecho un excelente trabajo de relaciones públicas después de calificar el vertido del lunes pasado como «desastre natural». Además, tuvieron que pasar seis largos días hasta que, a través de su página web, la compañía pidiera perdón a las víctimas por lo ocurrido.
Hasta ayer mismo un responsable sindical de la empresa, Ferenc Pad, esperaba que en MAL se reanudara el trabajo como si no hubiera pasado nada. La dirección de MAL había aceptado pagar «proporcionalmente a su responsabilidad» y por el momento había dispuesto una cantidad verdaderamente ridícula (200.000 euros). El multimillonario estadounidense George Soros, de origen húngaro, ha prometido él solo mucho más: un millón de dólares.
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