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La «Marcha negra» arranca entre llantos y aplausos

Cientos de personas despiden con muestras de emoción a los mineros que recorren ya las cuencas de León para «alzar la voz» por el futuro del carbón

FOTOS: A. M. DÍEZ

MARÍA GAJATE

«Mineros pónganse en fila de dos en dos». Los efusivos aplausos y las lágrimas se mezclaron ayer en la localidad leonesa de Villablino. Ovaciones y lloros. Dos sentimientos, en principio contrapuestos, que reflejaban el sentir de los cientos de familiares, trabajadores y vecinos de las cuencas mineras que despidieron con tristeza y ánimo a los 200 integrantes de la segunda «Marcha Negra» de la historia de España. Una travesía que, como ya sucediera en 1992, vagará por las tierras del carbón al menos durante nueve días.

Las sendas que trascurren por la cuencas de León trazan la ruta de la comitiva que, con la esperanza por bandera y la ilusión en la mochila, inician una reivindicación para garantizar su futuro, su hipoteca, el colegio de sus hijos y el de las generaciones venideras. La plegaria es clara, la aprobación del Real Decreto que garantice el consumo del carbón autóctono, un ruego que muchos asumieron antes de empezar que «tardará en llegar».

Los dos centenares de mineros partieron tratando de dejar atrás en su camino un sentimiento de resignación que allanaba sus mentes antes de emprender la ruta, al aceptar la posibilidad de que fuera «más que probable» que los 200 kilómetros de calzada que les esperan por delante no sean suficientes para lograr su propósito. Sin embargo, no podían quedarse en casa sentados frente al impago de sus nóminas y el temor a que su relación laboral con las minas acabe para siempre y les sitúe en un futuro aún más incierto.

«Luchad y alzad la voz», les animaban desde los balcones y a pie de calle el gentío congregado en el centro de la localidad mientras los dos interminables raíles de caminantes acicalados con mono azul, casco y bastón que se alejaban entre las calles de Villablino con la moral crecida justo después de escuchar el himno minero interpretado por la Coral Santa Bárbara desde la sede de CC.OO..

En absoluto silencio, pensativos y orgullosos de ser pregoneros de la tierra minera, dieron sus primeros pasos sobre el asfalto que les conducirá hasta León capital el próximo 29 de septiembre, coincidiendo con la huelga general, y tras recorrer nueve etapas, que se ampliarán con un nuevo periplo rumbo a Madrid si la Comisión Europea no aprueba ese día el Real Decreto. «Y si hace falta llegaremos a Bruselas», advirtieron.

Con crespones negros

Los polideportivos que encuentren a su paso serán las alcobas improvisadas de los dos centenares de mineros, elegidos de entre 600 candidatos interesados en participar en esta movilización pacífica, que responde a la voluntad del colectivo de abandonar las protestas que pudieran ocasionar molestias a terceros tras una sucesión de manifestaciones y cortes de tráfico en las últimas semanas.

Alto Bierzo, Coto Minero Cantábrico (CMC), Unión Minera del Norte (Uminsa) e Hijos de Baldomero García son las empresas para las que trabajan los integrantes de la «Marcha Negra» que avanzan por una ruta guiada por los crespones negros que colgaban ayer de las farolas y los establecimientos comerciales del primer tramo de la travesía.

A una velocidad de cuatro kilómetros por hora los mineros alcanzaron ayer la localidad de Páramo del Sil, que dista a 27 kilómetros de Villablino. Desde allí, partirán hoy hacia Toreno para proseguir el jueves hasta Ponferrada, en una jornada en la que una nueva marcha arrancará desde Bembibre para confluir ambas en la capital del Bierzo, donde está previsto que se desarrolle una manifestación. Una vez reunidos todos los integrantes, la protesta pondrá rumbo a León capital como la última parada del trayecto, prevista el 29 de septiembre. «No nos queda otra», aseguró el presidente del Comité de Empresa de Coto Minero Cantábrico, Ricardo Aller, quien asumió que la situación «no es la misma» y que no tiene «ninguna» confianza en el resultado positivo de la marcha, pero al estar «cansado de tanta palabra», esta es la iniciativa con la que reclamar que se apruebe el Real Decreto y se «empiecen a quemar carbón».

De momento, la marcha continúa y ayer hizo parada en Páramo del Sil, donde los mineros llegaron a las cinco y veinte de la tarde —horario previsto y sin incidentes reseñables—. Desde allí partirán esta mañana hacia Toreno.

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