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«No aguantamos más atracos»

Comerciantes y vecinos de Chamartín denuncian una ola de inseguridad tras el asalto a una sucursal bancaria

JAIME GARCÍA

TATIANA G. RIVAS

El atraco a punta de pistola que el miércoles se produjo en la Caja de Mediterráneo de la calle Doctor Fleming, 27 ha desatado una oleada de denuncias por parte de los empresarios y comerciantes de la zona. Critican que desde hace año y medio hay más delincuencia en la zona. Lo cierto es que varios establecimientos de esta vía y sus calles aledañas han sido objeto de robos con fuerza y hurtos en este tiempo. No solo eso, los vecinos del barrio declaran que todos los días «hay tirones de bolsos. Muchos ladrones están pendientes de la gente que saca en los bancos de la zona para robarles. En la plaza de Cuzco siempre ocurre algo en los cajeros», comenta Blanca, una de las empresarias de la zona. Esta mujer se encontró hace más de un año con su oficina desvalijada. «Subieron por la noche a través de unos andamios y se llevaron los ordenadores portátiles, la caja, un reloj de oro y cañones de video. Luego saltaron desde un segundo a un patio interior, por donde huyeron con todo», explica.

Pérdida de salud y dinero

Justo enfrente de la oficina de Blanca se encuentra el estanco de Miguel y Ramón, en Alberto Alcocer, 3. Estos hermanos han sufrido en los últimos cuatro meses un butrón, un alunizaje y otro intento de butrón. La angustia vivida en todo este tiempo le ha generado a Miguel una isquemia cerebral transitoria. «El disgusto y la impotencia son muy grandes. No aguantamos más», comenta el afectado. El 5 de mayo, los cacos forzaron la cerradura y estamparon un vehículo en su establecimiento para hacerse con toda la mercancía. «Se llevaron 40.000 euros en tabaco», lamenta Miguel.

El segundo susto, por suerte, resultó fallido. «A finales de julio empezaron a picar en el portal de al lado para acceder a nuestro estanco. El portero vio el pequeño agujero y nos lo comunicó. Era viernes. Llamamos a la Policía y al día siguiente les cogieron cuando se disponían a hacerlo más grande. Lo malo es que como no habían robado nada, les soltaron en seguida», explica Ramón.

El último ataque lo padecieron a finales de agosto a través del local que tienen al lado y que está cerrado desde hace un año. «Ya no almacenábamos mucho tabaco, pero se llevaron unos 20.000 euros», apunta Miguel. En total 60.000 euros perdidos. «Se han fundido todos nuestros ahorros, y no lo cobramos hasta dentro de tres meses», dice afligido Ramón.

Continuando por la senda del robo con fuerza hay varios restaurantes en la zona que también han estado en el punto de mira de los maleantes: Cronos y Gambrinus de Alberto Alcocer; Alfredo's Barbacoa, de Juan Hurtado de Mendoza, y Rubaiyat, de Juan Ramón Jiménez. En Cronos, entraron en marzo a través de las puertas de emergencia que hay en la planta inferior. «Esto antes era un banco y abajo hay una caja fuerte. Pensarían que había algo dentro. No consiguieron llevarse nada», cuenta Henry, un empleado.

En el Gambrinus, Luis, el dueño, narra que tuvo que quitar las tragaperras después de que le rompieran las lunas hasta en cuatro ocasiones. Cada vez se pudieron llevar unos 3.000 euros, según atestigua.En Rubaiyat, a finales de junio, unos cacos destrozaron el cristal de la puerta de entrada y se llevaron seis jamones que colgaban en la barra. «Desde entonces solo dejamos uno. Anteriormente habían destrozado las lunas, pero no habían robado nada», asevera un empleado.Orla es uno de los camareros que trabaja en Alfredo's Barbacoa. Hace más de un año también forzaron la cerradura y se hicieron con toda la recaudación de la caja.

La cuestión es que parece que los delincuentes no solo focalizan sus esfuerzos en los establecimientos de Chamartín, sino que algunas viviendas también son saqueadas. José, el portero del número 7 de Alberto Alcocer, cuenta que en agosto entraron en una vivienda de su edificio por la azotea. «Se llevaron las joyas y el dinero. Esto aquí está a la orden del día. Controlan nuestros horarios e irrumpen cuando no estamos», matiza. Tanto en comercios como en pisos, los domingos por la noche y por la mañana suelen ser los momentos claves para atacar.

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