El mayor contrato de armas de EE.UU., para Arabia Saudí

La Administración Obama se dispone a notificar durante los próximos días al Congreso estadounidense la venta a Arabia Saudí de 60.000 millones de dólares en armas. El contrato, que representa una plusmarca en este tipo de transacciones, se centra en aviones y helicópteros avanzados. Aunque, según avanzó el «Wall Street Journal», también existen conversaciones adicionales para facilitar unidades navales y sistemas de defensa antimisiles. Con el fin de superar los enormes recelos que las transacciones de sofisticada tecnología militar a países musulmanes generan en Washington, la Casa Blanca se dispone a presentar y defender este trato como una importante fuente de empleo. Según las empresas beneficiadas, la multimillonaria operación ayudará a al menos 75.000 puestos de trabajo. El otro argumento que el gobierno quiere utilizar para justificar este cuantioso flujo es que forma parte de una estrategia de contención hacia el integrismo de Irán.

Aunque se espera que los saudíes sólo adquieran inicialmente la mitad del material autorizado, la notificación que la Casa Blanca remitirá al Congreso contempla un total de 84 nuevos cazas F-15, con opción a modernizar otros 70. Además, el paquete contempla la adquisición de tres modelos diferentes de helicópteros militares. En el Congreso federal se espera un intenso debate, con posibilidad de imponer cambios o condiciones. En el pasado, congresistas en sintonía con el «lobby» judío se han quejado de que este tipo de ventas pueden amenazar la superioridad militar de Israel y recompensar a un gobierno con un pésimo historial en derechos humanos. Pero en este caso, no se anticipa que el Legislativo federal bloquee el contrato saudí que aspira a remediar la merma de exportaciones sufrida por la industria militar americana.

El suministro de material aéreo a las Fuerzas Armadas de Arabia Saudí se prolongaría durante un plazo estimado entre cinco y diez años. El gobierno de Estados Unidos también mantiene «discretas» conversaciones para suministrar otros sistemas bélicos a Arabia Saudí, para mejorar sus fuerzas navales y para reforzar sus defensas antimisiles frente a los avances realizados por Irán en ese tipo de armas teledirigidas.