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Hawking: «Dios no creó el Universo»

El astrofísico Stephen Hawking lanza su libro «The grand desing» con un mensaje: la Física excluye a Dios

Hawking: «Dios no creó el Universo» efe

CeSAR NOMBELA

El anuncio de un nuevo libro de Stephen Hawking se encamina a despertar una gran expectativa sobre su contenido. El autor y sus circunstancias justifican la atención que merecen sus obras, sobre todo si lleva por título «The Grand Desing» que probablemente se traducirá al español por el diseño grandioso o magnífico.

Las conclusiones que ha avanzado el rotativo británico «The Times», más que detallar el contenido científico o mencionar que hay otro coautor del libro, se encaminan a revelar una propuesta que pretenden definitiva: las leyes de la Física excluyen la posibilidad de que Dios crease el Universo. «La creación espontánea es la razón de que exista el Universo, de que nosotros existamos», escribe Hawking. No podía faltar la apostilla del neo-ateo por excelencia, Richard Dawkins, que se declara satisfecho por un testimonio más, similar al que él pretendió transmitir a través de anuncios en autobuses.

La cuestión de Dios y la Ciencia es mucho más seria, está más en la entraña de lo humano, como para despacharla en cuatro titulares. La observación y la experimentación son la base de la capacidad humana para penetrar en el conocimiento científico de la realidad. El avance logrado permite formular nuevas preguntas que podrán ser respondidas con nuevas mediciones, observaciones o experimentos. A estas alturas de la historia nos asombran los logros obtenidos con la Ciencia, como herramienta de conocimiento, y mucho más con la Tecnología. Como científico, a mí me asombra aun más la capacidad de explicar de manera objetiva y racional aspectos de la realidad de la que somos parte. Hablamos de leyes de la naturaleza porque ha sido posible establecer comportamientos del mundo físico, explicar sus causas y efectuar predicciones en función de esas leyes.

Sin embargo, tampoco podemos olvidar que la Ciencia es una sucesión de verdades provisionales lo que no quiere decir que en cada momento no sean verdades completas, porque engloban todos los hechos relevantes. Todo esto nos remite a un mundo de limitaciones, el ser humano, también el ser científico, tiene que asumir su limitación, junto con esa capacidad de llegar lejos en el camino de sus experiencias. El conflicto en el intento de conciliar las teorías de la relatividad general con la mecánica cuántica no es el primero de los espacios vacíos en el conocimiento, que han de ser rellenados por el avance.

La pregunta sobre las leyes de la naturaleza, incluso el interrogante de si estas leyes existen como tales, seguirá estimulando el trabajo intelectual muchos. Pero, la pregunta sobre el origen de esa naturaleza, con las leyes que conocemos y que seguiremos descubriendo, no puede ser contestada desde el razonamiento basado en las propias leyes naturales.

La Ciencia no demuestra la existencia de un Dios creador, pero tampoco nos permite razonar sobre lo contrario. Como seres humanos somos portadores de una pregunta fundamental, la del sentido de nuestra existencia. La referencia al Absoluto, y desde ahí la aceptación de que nuestra vida tiene sentido, pertenece a un mundo de experiencias. Sería necio acercarse a responderla, en cada momento de la historia, prescindiendo del conocimiento racional de la realidad. Buscar respuestas más allá de la Ciencia, sin prescindir de sus conclusiones, es una actitud que muchos consideramos coherente, porque encarna un proyecto de vida.

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