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MUNDIAL DE BALONCESTO

La primera, en la frente

España repite el guión del Eurobasket y cae ante Francia víctima de su ineficacia

AFP

J. M. CORTIZAS

La primera, en la frente. Expresión cañí donde las haya. Y muy descriptiva de lo que ocurrió anoche en el Halkapinar Arena, en adelante otro escenario que engrosará la historia menos atractiva de la selección española. Desde luego, lo visto sobre el parqué se alejó diametralmente de lo esperado. Un arranque tal de quien defiende el título de campeón del mundo, un ejercicio de progresiva ineficacia tras unos buenos primeros minutos, no hacen sino agudizar el escozor que supone morder el polvo a quien se tachaba de imbatible, al menos aquí en Esmirna. Fue una ofrenda a los «bleus». Pasó Francia de verse desbordada a cimentar la esperanza en sus arrestos. Y en los graves errores del oponente, que los tuvo a paladas. Sin que suene a pataleta, perdieron los de Scariolo mucho más que ganaron los de Collet.

Se decidió el técnico italiano por alinear el cinco por el que la lógica se decanta. Amarró a los franceses dejándoles sin anotar durante más de cuatro minutos, aunque ello incluía el peaje de ver a Marc Gasol y Reyes con dos faltas por barba en el minuto seis. El dominio en el rebote equilibraba las opciones de tiro, sin que la puntería fuera una virtud de la Roja. Pero bien por inercia o por destellos puntuales, llevaba el partido a su territorio. 9-18 para rematar el primer acto. Perfecto. El alimento aguantó para un par de bocados más. Un panorama idílico que dejaba a Scariolo jugar a Salomón repartiendo minutos.

Craso error. No funcionan así las cosas. Con Gasol testimonial y Ricky Rubio en el banco, Francia reaccionó. A la chita callando se vino arriba. Los números cambiaron y los que presentó España como sus credenciales del primer cuarto los rebatió el conjunto galo utilizando el papel de calco. Y es que en el baloncesto, como todo en la vida, existe un anverso y un reverso, la cara y la cruz, el lado más quemado y el menos marcado de la tortilla. En la primera mitad de su estreno mundialista, los campeones mostraron su bipolaridad. Avanzaron mucho, para desandar lo recorrido. Rudy recibió la batuta de la confianza y la sujetó hasta que le pudo ese gen incontenible que le ha dado, da y seguirá dando quebraderos de cabeza.

Todo el segundo tiempo fue prescindible. Doblar la rodilla ante un contrario que pierde veinte posesiones es complejo de asumir. Hacerlo porque el punto de mira se ha atrofiado cada vez que se otea la diana es todavia peor.

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