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Alonso incluye Melilla en Marruecos en un doble lapsus

El Gobierno rechaza dar explicaciones sobre la crisis hasta después de vacaciones

EFE

ÁNGEL COLLADO

El portavoz del grupo parlamentario socialista en el Congreso, José Antonio Alonso, puso ayer tanto énfasis y tan poco cuidado en seguir la consigna gubernamental de criticar a la oposición que acabó por salirse del mapa de España. «Han llegado al punto de mandar a Marruecos a algún destacado dirigente del PP y a apoyar la visita a Marruecos del señor Aznar», dijo en la Diputación Permanente de la Cámara el ex ministro de Defensa y de Interior en gobiernos de Zapatero para referirse a los desplazamientos de la semana pasada a Melilla de Esteban González Pons y del ex jefe del Ejecutivo.

El diputado del PP José Ignacio Sandaluce, siguiente en el uso de la palabra, no dejó pasar la ocasión e invitó a Alonso que aclarara su doble afirmación, le recordó que Melilla es España y le preguntó si le había traicionado el subconsciente. El portavoz socialista respondió azarado: «Melilla es España, luego el señor Aznar fue a España y si ha habido algún lapsus, yo creo que he sido explícito».

El órgano de guardia del Congreso celebró una reunión de trámite porque, de entrada, a ningún grupo parlamentario, salvo al del PP que lo proponía, le parecía pertinente convocar en vacaciones a las Comisiones de Exteriores y de Interior para que los respectivos ministros explicaran el conflicto con Marruecos. Alonso solo tenía que decir que no y meterse lo justo con el PP, pero se lió de tal manera que defendió la visita que Zapatero hizo a Rabat cuando era jefe de la oposición pese a que Mohamed VI había retirado a su embajador y le echaba otro de sus pulsos al Gobierno español. Según el portavoz socialista, el PP, además de ser desleal, buscó «el enfrentamiento con Marruecos», mientras que su jefe se interfirió en 2001 en la política exterior «por servir a las buenas relaciones» entre ambos países.

La portavoz del Grupo Popular, Soraya Sáenz de Santamaría, acusó al Gobierno de haber demostrado en el episodio de Melilla que «carece de sentido del deber, sentido de la responsabilidad, y sentido de Estado». También criticó «la ausencia, el silencio y la dejadez» de los ministros relacionados con la crisis: Rubalcaba, Moratinos y Aído.

Pese a los lapsus vacacionales de Alonso, los socialistas rechazaron por amplia mayoría la propuesta del PP con los votos nacionalistas y de los grupos de izquierda. ERC, por medio de Joan Ridao, para acabar con los problemas, propuso un referéndum en las dos plazas españolas por si su población prefiere pasar a depender de Mohamed VI.

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