Hazte premium Hazte premium

Obama convoca a negociar la paz en Washington a israelíes y palestinos Las cinco claves para una paz «imposible»

Hillary Clinton ve «posible la creación del Estado Palestino en un año», plazo estimado para llegar a un acuerdo en el proceso de diálogo directo

ABC

La consolidación de decenas de asentamientos, con varios miles de colonos, en el corazón Cisjordania es tal que su erradicación parece imposible, y la simple congelación de sus ampliaciones parece inaceptable para Israel.

Para los palestinos es irrenunciable establecer su capitalidad en Jerusalén Este, incluida la Ciudad Vieja y sus dos santos lugares; mientras que Israel la considera, por ley, como su capital «indivisible y eterna».

La ANP reclama una compensación o el derecho al retorno de la diáspora palestina, casi dos millones de personas expulsadas de sus tierras entre 1948 y 1967, y repartidas principalmente entre el Líbano, Jordania, Siria y Egipto.

La división irreconciliable entre la Autoridad Nacional Palestina, que gobierna en Cisjordania, y los islamistas de Hamás, que imponen su ley en la Franja de Gaza tras su victoria en las urnas, hacen inviable un interlocutor único.

El presidente Obama basa la búsqueda de cualquier posible acuerdo de paz en la creación de un Estado palestino en Cisjordania y la Franja de Gaza, que conviva con el Estado de Israel dentro de unas fronteras viables y seguras.

Barack Obama ha logrado una frágil victoria diplomática con el visto bueno de israelíes y palestinos a su convocatoria de negociaciones de paz en Washington. Después de veinte meses sin diálogo directo entre ambas partes, casi tanto como lleva el presidente de los Estados Unidos en la Casa Blanca, y con episodios tan poco edificantes de por medio como la invasión de Gaza y el asalto a la Flotilla de la Libertad, parecía un logro improbable el convencer a los palestinos de volver a la mesa de negociaciones con sus enemigos. Pero con las gestiones incesantes de la secretaria de Estado, Hillary Clinton, y de su enviado especial a Oriente Próximo, George Mitchell, durante las últimas semanas Obama lo ha logrado.

Al primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, no les costó mucho convencerle porque Israel, en su política del palo y la zanahoria, no ha dejado en ningún momento de reclamar el diálogo directo. En cuanto a Mahmud Abbás, presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), el grado de persuasión ha debido ser considerable. Abbás se halla contra la espada y la pared, con muy pocas cartas de peso que poner sobre la mesa. Y obligado, por tanto, a acudir a cualquier foro de diálogo, Pero al mismo tiempo debe presentar ante la opinión pública palestina una pose de fuerza y de reivindicación. Falsa a todas luces. Una vez obtenida la aquiescencia de las partes, fue Clinton la encargada ayer de anunciar la convocatoria La cita es el jueves 2 de septiembre en Washington. Y la víspera, Obama recibirá por separado a ambos en la Casa Blanca.

En el marco de la sala de prensa del Departamento de Estado, Clinton anunció: «He invitado al primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, y al presidente de la ANP, Mahmud Abbás, a reunirse el 2 de septiembre en Washington para reanudar las negociaciones directas... sin condiciones previas... y resolver todos los asuntos del estatus final, que creemos podrán ser solucionados en el plazo de un año». La secretaria de Estado manifestó que Obama ha invitado también al presidente de Egipto, Hosni Mubarak, y al rey Abdalá II de Jordaniaa asistir a la conferencia, teniendo en cuenta su liderazgo continuo y su compromiso con la paz en Oriente Próximo».

«Habrá dificultades»

Obama mantendrá el primero de septiembre reuniones bilaterales con los cuatro líderes, seguidas de una cena con ellos, a la que asistirá el representante del Cuarteto para Oriente Próximo, Tony Blair, por su trabajo a la hora de ayudar a los palestinos a construir las instituciones de su futuro estado», dijo Clinton. La cita del 2 de septiembre en el Departamento de Estado debe suponer la apertura de una serie de reuniones, a distintos niveles y en diferentes sedes, durante un año. El proceso no será fácil, afirmó la jefa de la diplomacia estadounidense, «ha habido dificultades en el pasado y las habrá en el futuro... pero pido a las partes que sigan trabajando para lograr una paz justa y duradera en la región. Y en un verdadero alarde de buena intención y escaso realismo, Hillary Clinton dijo que ve posible «la creación de un Estado Palestino en el plazo de un año».

Netanyahu se apresuró a aceptar ayer la invitación e indicó que Israel acudirá a Washington con un «deseo genuino» de que se alcance la paz. En un comunicado emitido por su oficina, recordó que Israel «ha estado pidiendo conversaciones directas desde hace un año y medio», y mostró su satisfacción por la «aclaración estadounidense de que las conversaciones serán sin condiciones previas».

Por su parte, Mahmud Abbás hizo saber que será difícil acudir a la cita —estará allí como un clavo— «sin una agenda previa de los asuntos a tratar». Pero el negociador jefe palestino, Saeb Erekat, proclamó a los cuatro vientos que la convocatoria «contiene los elementos necesarios para llegar a un acuerdo de paz... y esperamos que la Administración estadounidense y el Cuarteto logren que Israel mantenga la congelación de las ampliaciones en los asentamientos».

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación