El Mundial impulsa el éxodo

No obstante, la última década ya había ido recogiendo casos excepcionales de migraciones futbolísticas al extranjero, para buscar ese hueco en otras ligas que a menudo en España quedaba tapado por la llegada incesante de extranjeros. Conocidas las historias de Nacho Novo, Reyes, Mikel Arteta, Farinós, Mendieta, Iván de la Peña, Javi Moreno, José Mari, o volviendo más atrás, Butragueño, Hierro, Guardiola o Martín Vázquez... que a veces salieron bien y a veces rompieron trayectorias impecables.

La última hornada de migraciones resulta algo más peculiar, porque además de los jugadores de divisiones inferiores que viajan a ligas menores, destacan las huídas de algunos iconos del fútbol español. Raúl o Guti viajan a Alemania y Turquía, en busca de un segundo club en el que puedan seguir compitiendo en la elite. Casos como el de Fran Yeste son habituales también por la búsqueda del petrodólar, aunque la competición de alto nivel aún pudiera correr por sus botas. David Silva es un extraño en el momento, porque los grandes jugadores españoles optan en los últimos tiempos por jugar en España. El problema es que el dúo dominante de la Liga nacional (Barça y Real Madrid) hace que si no se juega en uno de ellos, el hambre de títulos no corresponda con la capacidad de comérselos.

Se lleva lo exótico

Muchos de los casos que aquí se ocupan hacen referencia a jugadores en los últimos tramos de sus carreras, que buscan la novedad más chocante. En esta línea, Miguel Ángel Mista llega a la Major Soccer League estadounidense para rodearse de glamour, y Bodipo, Rivas o Campano viajan a la Liga rumana para jugar juntos en el Vaslui de López Caro. Fernando Varela jugará en el Kasimpasa y Iago Bouzón en el Omonia chipriota. Raro, raro. Pero además, son varios los jugadores que, ya estando en el exilio, cambian de club y de país pero sin llegar a regresar a la patria. Zapater marcha del Génova al Sporting de Lisboa; Albert Riera del Liverpool al Olympiacos y Javier Garrido del Manchester City al Lazio de Roma.

Españolización de Grecia

La Super League helena es la competición liguera internacional que más españoles acumula en sus filas, y además supone un constante reclamo para ellos. Un total de 12 incorporaciones este verano que completan 22 futbolistas en el país.

Un caso llamativo es el del Olympiacos. Ernesto Valverde vuelve para entrenar al equipo después de ganar el doblete en 2008, pero esta vez lo hace configurando un grupo que habla en castellano. A Raúl Bravo, Óscar y Urko Pardo se le suman las altas de Riera y David Fuster, a la espera de que se concrete el fichaje de Moisés Hurtado. Además, Ibagaza, Diogo, Mellberg o Maresca son viejos conocidos de la Liga que ahora suman en el conjunto ateniense.

El éxodo de futbolistas nacionales ha encontrado este año un nuevo máximo y amenaza con aumentar mientras el fútbol español siga creando escuela. Alrededor de un centenar de jugadores seleccionables por España militan en el extranjero, repartidos por cualquier rincón del globo.