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Ucrania se une a Rusia y agrava la crisis de los cereales

Estudia rebajar un 80% las exportaciones de grano pese a exponerse a duras sanciones por parte de la OMC

REUTERS

RAFAEL M. MAÑUECO

A la decisión de Rusia de suspender las exportaciones de cereales amenaza con unirse Ucrania, que anunció ayer que estudia reducir hasta 3,5 millones de toneladas sus ventas al exterior. Todas estas medidas han provocado que en Georgia suba un 15% el precio de la barra de pan. El Banco Mundial ha advertido que el paso dado por Moscú, posiblemente secundando por algún otro país, amenaza con causar un nuevo episodio de crisis alimentaria global.

El ministro de Agricultura ucraniano, Nikolái Prisiazhniuk, declaró ayer que hoy se renirá el Gobierno del país para decidir la cuota de grano que se pondrá a disposición de los exportadores. La idea inicial es reducirla hasta los 3,5 millones de toneladas, cuando la previsión inicial era de unos 15 o 17 millones de toneladas. De sumarse a la prohibición de exportación de grano, Ucrania se expone a recibir duras sanciones de la Organización Mundial del Comercio de la que es miembro. Los cálculos efectuados hasta la fecha hacen esperar una cosecha de unos 47 millones de toneladas que, «tras las fuerte lluvias de junio y la ola de calor de julio», quedará reducida a unos 42 millones. Ucrania es el sexto exportador mundial de trigo y el primero de cebada.

La restricción de vender cereales al extranjero, adoptada por el Gabinete de Vladímir Putin, el pasado 5 de agosto, entró en vigor el pasado día 15 y estará vigente hasta el próximo 31 de diciembre. Afecta al trigo, centeno, cebada y maíz, aunque no al arroz. Junto con la ola de incendios, Rusia sufre la peor sequía desde hace más de cien años.

Georgia, la más perjudicada

Kazajstán también padece los efectos de la sequía, pero en menor medida. Sus autoridades recibieron la propuesta de Moscú de sumarse al embargo de cereales, pero rechazaron secundarla por el momento. Evgueni Amán, portavoz del Ministerio de Agricultura kazajo, reveló el lunes que su país exportará casi 8 millones de toneladas de cereales, aunque la decisión no ha conseguido calmar a los mercados.

La primera perjudicada por el corte de las exportaciones rusas ha sido Georgia, en donde la barra de pan ha experimentado un encarecimiento del 15%. El país caucásico produce menos del 15% de las 800.000 toneladas de cereales que necesita cada año. Su principal proveedor era precisamente Rusia, de donde llegaba el 95% de las importaciones. Hasta la fecha Georgia compraba la tonelada de trigo ruso a 260 dólares y ahora tendrá que adquirirla en otros países a no menos de 350 dólares.

El Ministerio de Agricultura ruso ha anunciado que este año se recogerán sólo unos 60 millones de toneladas de grano, cuando la previsión era de 85 millones y el año pasado se recogieron 97 millones. Según el Gobierno, Rusia necesita unos 78 millones de toneladas para cubrir sus necesidades.

El diario ruso «Niezavísimaya Gazeta» alertaba ayer que es probable que Rusia, uno de los principales exportadores mundiales, tenga ahora que importar grano. Sin embargo, Putin afirmó la semana pasada que Rusia tiene garantizada la demanda doméstica con el fondo de intervención, unos 10 millones de toneladas, y el excedente acumulado el año pasado, que asciende a 21 millones de toneladas.

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