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La brújula moral

Cada vez está más claro que peor que la incompetencia de este Gobierno es que no tiene brújula moral

Día 06/07/2010
¿POR qué les gustará tanto a nuestros gobernantes socialistas erigirse en abogados defensores de las peores causas? ¿Qué fallo tienen en su brújula moral todos los que desde nuestro Gobierno siempre están dispuestos a defender a tiranías frente a las exigencias de las democracias «normales»? Más aún: ¿tienen siquiera brújula moral quienes, más allá de su fracaso económico y gestor, sólo tienen en la agenda una cultura de la muerte, de exaltación del aborto y la eutanasia, la agitación del odio de unos españoles contra otros y la defensa a ultranza de las peores dictaduras de la tierra? Preguntas pertinentes. Busquemos respuestas. La cultura de la muerte quiere imponer a la sociedad un desprecio a la trascendencia del ser humano que nos despoje a todos de nuestro carácter único como personas, de nuestra percepción de nosotros mismos como criaturas sagradas a los ojos de Dios y de los hombres. Esa es la guerra fundamental, no los crucifijos aquí o allá, contra los principios religiosos y culturales del cristianismo y del judaísmo que nos quieren extirpar. Una sociedad que cree prescindible a todo ser humano que pueda causar una molestia —y lo liquida— es una sociedad de cerviz quebrada. El Estado regala derechos para matar a los más débiles, nonatos o ancianos. Y despoja a sus súbditos de la fuerza moral para exigir el respeto al individuo por su carácter único y sagrado. El aborto puede ser admisible para evitar un drama humano. No la aceptación de la muerte como método anticonceptivo.
Otros hechos dicen mucho de la brújula moral de nuestro Gobierno. El presidente del Gobierno recibía como amigo del alma al presidente de Siria, Bassar el Assad, quien hace unas semanas formó con el venezolano Hugo Chávez una alianza para combatir a EE.UU. e Israel y apoyar al radicalismo antioccidental del presidente de Irán, Ahmadineyad. Como ven, buena compañía. Ayer se quejaban nuestros servicios secretos porque Israel ha dejado de suministrar a España datos para la lucha
contra el terrorismo islámico. Cabe pensar que Israel no tiene excesivo interés en compartir los datos con los amigos de España, dictaduras enemigas declaradas de su existencia. Y el ministro Moratinos se nos fue a Cuba. En su vergonzoso papel de abogado de la dictadura ha logrado que la UE le dé tres meses de plazo antes de renovar la política de sanciones —leves— cuyo objetivo es recordar que Europa diferencia entre dictadura y democracia. Que tiene brújula moral. Zapatero y Moratinos están en contra. Moratinos ha anunciado que no visitará al preso Fariñas, que agoniza en huelga de hambre, para evitar «fotografías oportunistas». Náuseas produce la excusa. Allá va Moratinos a ver si se puede apuntar como propio un posible éxito de la Iglesia Católica en negociar la liberación de algunos presos. Más náuseas. Cada vez está más claro que peor que la incompetencia de este Gobierno es que no tiene brújula moral. Y quiere romper la de todos nosotros.
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