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GPS: el rumbo en la mano

ALEJANDRO CARRA

Si lo cortés no quita lo valiente, la afición por las actividades al aire libre tampoco tienen por qué estar reñida con las nuevas tecnologías. Sin menosprecio de los clásicos mapas y brújulas, la aplicación de la navegación por satélite al senderismo, el alpinismo, la escalada o el barranquismo puede aportarnos nuevas visiones en nuestras escapadas.

Dos son actualmente las grandes opciones para los que quieran aproximarse al mundo de los GPS (Sistema Global de Posición), los de muñeca o los portátiles. Su función básica es la misma: decirnos siempre dónde nos encontramos. Pero su esencia no.

Distinto concepto

Ambos dispositivos —de muñeca y portátil— coinciden en muchas de sus funciones, y de hecho, la diferencia principal es de concepto. Los GPS de muñeca nos permiten el «manos libres» (imprescindible en actividades como las carreras de montaña, la escalada, el alpinismo, el esquí de travesía o el descenso de cañones) y disponen de unas funciones deportivas muy depuradas que nos permiten una lectura rápida de los datos. Gracias a ellas, en todo momento sabremos la hora de inicio, distancia recorrida, tiempo invertido, velocidades alcanzadas, alturas de referencia del recorrido y desnivel salvado, además de contar con alarma barométrica, por si llega la madre de todas las tormentas; de altitud, por si la niebla –como la noche– nos confunde, y de acercamiento a un waypoint.

Los dispositivos portátiles cuentan con funciones muy similares pero, además, permiten visualizar la cartografía en pantalla; eso sí, a cambio de mayor tamaño y peso (sin asustarse, que hablamos de nos 120 gramos). Al igual que los de muñeca, los portátiles permiten crear rutas y waypointsen el PC —con programas como el CompeGPS Land 7 o BaseCamp, para Garmin— y descargarlos después al GPS.

Por supuesto, los dos nos indican nuestras coordenadas de latitud y longitud; aunque sólo en los portátiles podremos

visualizar el punto del mapa en el que exactamente estamos e incluso realizar rutas mientras vamos viendo nuestro recorrido marcarse en la pantalla (muy útil en senderismo y BTT).En algunos casos es posible también superponer mapas topográficos con imágenes reales por satélite (aplicación BirdsEye, de Garmin).

Y si esto de «perdernos» por el monte con apoyo satelital nos engancha, vayan por delante un par de consejos: adquiera topografía digital detallada (1:25.000) —tanto el Topo España de Garmin como los mapas digitales de Alpina son muy recomendables— y un gestor de cartografía con el que importar y exportar mapas, trazar rutas y visualizarlas en 3D antes o después de realizarlas. Y ya puestos, no está de más leerse algún libro, como el manual de Carlos Puch, de Desnivel. Que el saber no ocupa lugar y menos cuando se trata de no perderse. ¿O era precisamente lo contrario?

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