Hazte premium Hazte premium

grupo h

Chile rompe el muro suizo

La «rojita» se impone a una selección helvética que jugó con diez sesenta minutos

AP

EDUARO S. MOLANO

En un Mundial que palidece entre planteamientos ultradefensivos y desafortunadas noticias extradeportivas, el ideario táctico de Marcelo Bielsa, quizá, sea la mejor crónica que nos ha ofrecido Sudáfrica hasta el momento.

La historia no es nueva, el argentino ya declaró frente a Honduras que sólo conoce un fútbol y ése es el ofensivo. Aunque con su victoria frente a Suiza por la mínima, los de Bielsa demostraran que sufren demasiado cuando no tienen el balón, y se pierden en el fútbol vertical.

Quizá conocedores de sus propias miserias, en la primera mitad, los chilenos salieron a presionar desde el principio con un Matías Fernández “hipervitaminado” y que a golpe de carácter busca recuperar un apodo -“Matigol”- perdido la pasada temporada en el Sporting de Lisboa.

Ya a los diez minutos, primero Vidal, y luego el propio Matías Fernández, hacían lucirse a Benaglio, en una doble ocasión. No nos engañemos, más de lo que hizo España en toda la mitad frente a los helvéticos.

Sin embargo, fue un invitado anómalo, el arbitró saudí Al Ghamdi, quien a golpe de tarjeta lograba finalmente cercenar el juego de los de Bielsa.

El saudí, lamentable durante todo el encuentro, expulsó al suizo Behrami, por un codazo inexistente a Vidal, mientras se dedicaba a ralentizar en demasía el partido. Poco antes, era el chileno Carmona quien veía, esta vez sí de forma justa, la tarjeta amarilla. Una buenísima noticia para los intereses de España, porque el de la Reggina -verdadero motor de los chilenos- no podrá jugar el tercer partido por acumulación de tarjetas. Una circunstancia similar a la de “Matigol”, amonestado en la segunda parte. Dos bajas que se antojan como esenciales en el combinado de Bielsa.

Mención aparte merece Alexis Sánchez. El del Udinese, de sólo 21 años, está llamado a ser una de las revelaciones de este Mundial. De corte similar a Robinho, aunque -muy a su favor- no se ahoga como el de brasileño en la bicicleta y el juego de cara a la galería, el extremo desquició durante todo el partido a Ziegler e, incluso, logró perforar en una ocasión la meta de Benaglio. Aunque su gol fuera anulado por fuera de juego.

Y cuidado, que su próxima víctima podría ser Capdevila.

Porque en esta Chile de Bielsa se acabaron las estrellas, los grandes nombres. Ese halo de misticismo al que rodeaba a la selección de Francia 98, pero en la que sólo es posible recordar a Zamorano y Salas. Con gregarios de lujo como el “chupete” Suazo -que, si nadie lo impide, la próxima temporada regresará al Monterrey mexicano- o el delantero Beausejour; la Chile de Bielsa apuesta por un fútbol destinado a convertir en estrella al cancerbero rival.

En el caso de Suiza, no era para menos. Porque con su intervención frente a los de Bielsa, Benaglio -y a la postre la totalidad del combinado helvético- batió el récord de imbatibilidad que ostentaba Italia en un Mundial (550 minutos). Y hubieran sido más, si no fuera por la fe del lateral Paredes, que cuando el partido ya agonizaba, logró poner un centro al segundo palo para que Mark González cabeceara libre de marca al fondo de las mallas.

Victoria de Chile, aunque más importante, victoria del fútbol.

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación