Suscribete a
ABC Premium

Desencanto felipista

VIENE de los toros fumándose un habano soberbio, doble incorrección política que me apresuro en broma a reprocharle. «Espero que mi partido vote al menos en contra de prohibir la fiesta -me responde-; en lo del tabaco ya han perdido todos el oremus. Lo último ... que me imaginaba era que nos íbamos a convertir en prohibicionistas». Su partido es el Socialista, que se resiste a abandonar por respeto a sí mismo y a sus convicciones, aunque ya no participa en política. «Ni siquiera me llaman, como son tan listos creen que los veteranos no tenemos nada que decir». Fue un político de jerarquía en el felipismo, electo con mayoría absoluta, «lo que por cierto no ha conseguido nunca Zapatero. Pero ya no existimos. Esta gente no escucha. Te juro que a veces me he aguantado las ganas de votar al PP, lo que por otra parte no es difícil porque si este Gobierno es malo, como dice Griñán, la oposición no le va a la zaga». Respira decepciones y se deja provocar con gusto.

Artículo solo para suscriptores

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comparte esta noticia por correo electrónico
Reporta un error en esta noticia