Indispensable para la consolidación fiscal

Ante el posible fracaso de la mesa de negociación laboral, el Gobierno debe reaccionar con energía y cumplir su promesa de llevar a cabo la reforma unilateralmente. La economía española corre el riesgo de entrar en la clásica espiral de las crisis de deuda, con nuevos recortes presupuestarios, recorte de las previsiones de crecimiento, que hace necesario más recortes y nuevas caídas del crecimiento.

La reforma laboral y la del sector financiero son las dos piezas clave para evitar que esto suceda. Una reforma laboral que avance hacia el contrato único permitirá incrementar el crecimiento de la productividad a medio y largo plazo al aumentar la formación y ofrecer oportunidades de futuro a una generación de jóvenes que no consigue integrarse en el mercado laboral. Además, permitirá la adecuación de plantillas y salarios a las diferentes realidades económicas de cada empresa, lo que las hará más competitivas.

Para que esto suceda, es indispensable que la reforma contenga medidas en cuatro direcciones: descentralizar la negociación colectiva a las empresas; permitir que los despidos por causa económica se conviertan en la norma a la hora de ajustar las plantillas, dentro de un sistema con procedimientos menos costosos y sin dualidad contractual; reducir la temporalidad sin incrementar el costo de los contratos temporales (por ejemplo facilitando que se extienda su duración); y avanzar hacia un sistema diferente de políticas activas, en el que los trabajadores tienen derecho a que el Estado les mantenga un determinado nivel de renta y les de una formación, pero también tienen la obligación de buscar activamente empleo y de estar dispuestos a trabajar.

Los ojos del mundo están en España. La reforma laboral que se haga ahora debe ser creíble y en profundidad. Si los mercados concluyen que España no va a solucionar los problemas de su mercado laboral, pueden perder definitivamente su confianza en nuestro país, con consecuencias catastróficas para el mundo, empezando por los bancos alemanes y terminando por el euro. Es el momento de una reforma en profundidad de un mercado de trabajo que no funciona.