Amputados 2, periodistas 1

Si el deporte es superación, coraje, lealtad y sacrificio, no cabe duda de que ellos son deportistas de élite. A todos les falta alguna extremidad, pero eso no impide que sean auténticos campeones. Perdieron algún miembro por culpa de una guerra larga y atroz que sembró de minas el país del que proceden, Sierra Leona, en el corazón de África. Pero ellos supieron encontrar un nuevo camino a la felicidad a través del deporte, aunque tuvieran que recorrerlo a la pata coja.

Ahora están de visita en Madrid, donde ayer compartieron con un elenco de periodistas un partido celebrado en el campo de fútbol que hay junto al Lago de la Casa de Campo. Allí dejaron claro que la barriga que le sobraba a muchos de los periodistas puede ser un handicap mayor que la falta de una extremidad a la hora de correr tras un balón.

«Experiencia inolvidable»

Ellos no son aficionados, sino que llevan años entrenando duro. De hecho son integrantes de la selección nacional de Sierra Leona de fútbol para amputados. Aún así, hubo que introducir algunas particularidades para equilibrar la cosa. Los periodistas tenían que jugar con las manos pegadas a la espalda y además se completaron dos equipos mixtos, con los informadores españoles y jóvenes africanos, unos con camiseta verde y otros naranja. Con todo, a muchos de los que vieron el partido les quedó la sensación de que esta protección reglamentaria no era necesaria.

Las carreras sobre muletas de estos tipos voluntariosos dejaron boquiabiertos a muchos de los vecinos que se animaron a disfrutar de un domingo de sol en la Casa de Campo y que se encontraron de paso con un espectáculo deportivo que contenía una lección sobre cómo afrontar las adversidades de la vida.

Juan Ramón Lucas, cara conocida de los medios de comunicación, que quiso contribuir con su presencia a sensibilizar a la sociedad sobre los problemas de África, comentaba tras el partido: «Es increíble cómo corren los tíos». La verdad es que entre los periodistas que participaron se salvaron pocos de la quema, superados una y otra vez por los sierra leoneses en la disputa del balón.

El único gol marcado por alguien con dos piernas fue obra de Guillermo Fernández de Oliveira, miembro del equipo multimedia de ABC.es, que no pudo dejar de conmoverse. «Cuando marqué uno de ellos soltó las muletas y se me colgó del cuello abrazándome. Estaba loco de contento. La verdad es que ha sido una gran experiencia».

Entre los mutilados africanos todo era agradecimiento e ilusión. Están en España gracias a un proyecto del Consejo Superior de Deportes y Casa África, con ocasión de la celebración del Día Internacional de África. Evans Davis Baion, uno de ellos, veterano de 47 años, decía estar «encantado». Mohamed, más joven, explicó a unos periodistas a los que costaba recuperar el resuello cómo había vivido el partido: «Esto enseña que no hay nada que uno no pueda intentar por ser discapacitado».