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Zapatero afirma que subirá los impuestos, tras un caos de ministros desmintiéndose unos a otros

El Gobierno escenificó ayer la desconcertante confusión que reina en su seno sobre una nueva subida de impuestos (el IVA lo hará el 1 de julio). En apenas una hora siguió ofreciendo al menos tres versiones distintas sobre esa posibilidad, sumergiendo al Ejecutivo en un diabólico torbellino de desautorizaciones en el que el presidente rebatía la tesis de la vicepresidenta económica, y el ministro de Trabajo la del propio jefe del Ejecutivo. Todo un caos declarativo.

Finalmente, José Luis Rodríguez Zapatero confirmó que habrá subida fiscal, haciendo trizas las palabras pronunciadas la víspera, al término del Ecofín de Bruselas, por Elena Salgado, que había asegurado exactamente todo lo contrario: «En este momento, no hay ninguna propuesta ni ningún estudio concreto». El dardo de Salgado tenía destinataria: María Teresa Fernández de la Vega, quien, a su vez, había afirmado horas antes en Madrid: «Estamos evaluando» la subida.

Zapatero demostró ayer que se ha decantado por la estrategia que defienden los «políticos» (De la Vega, Chaves y Blanco), frente a la tesis más ortodoxa del equipo económico que forman Salgado y los ministros de Trabajo e Industria, Corbacho y Sebastián.

El líder socialista ha preferido agarrarse al alza de impuestos como forma de mantener una cierta «compostura de izquierda» tras la histórica rebaja de sueldo a los funcionarios y la «congelación» de pensiones. Todo ello después de asegurar en privado a los líderes de UGT y CC.OO., Cándido Méndez e Ignacio Fernández-Toxo, el jueves pasado en La Moncloa, que ahora no se plantea subir impuestos, según relataron a ABC fuentes gubernamentales.

Dos fueron las razones que adujo Zapatero: quiere ver cuál es la evolución de la recaudación del IVA tras la subida del 1 de julio, y además no conviene desviar la atención hacia la obtención de más ingresos cuando de lo que se trata es de «concienciar» al país de la necesidad de recortar el gasto en 5.000 millones adicionales en 2010 y 10.000 más en 2011.

Ambos argumentos fueron usados luego por Chaves y Blanco ante la Ejecutiva y Alonso ante el Grupo Socialista, para responder a los cuadros del PSOE, sobre todo de Izquierda Socialista, que piden insistentemente gravar más «a los ricos» para compensar.

Lo que sí midió ayer mucho Zapatero fue su discurso para no pronunciar la palabra «renta» y evitar así que pudiera deducirse una próxima subida del IRPF. Todo lo más que reveló es que lo que sea no va a afectar «a las clases medias» y sí «a los que realmente más tienen». Eso quedará «muy claro» cuando se conozca la reforma. Ayer, por tanto, no tranquilizó a nadie con este mensaje, lleno de inconcreciones.

Lo más curioso de todo es que cuando se le comunicaron esas palabras al ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, que estaba en ese momento en el Congreso, él siguió insistiendo en que «en la agenda» del Gobierno no hay ninguna subida de impuestos prevista.

En el Ministerio de Economía defienden el mismo argumento: ahora es el momento de explicar los ajustes y no hay sobre la mesa ninguna subida de impuestos. Y es que la subida de impuestos «a los ricos» tendría un carácter más testimonial que recaudatorio porque, como advierten todos los expertos consultados, si la reforma no se hace de manera global, o al menos en el ámbito europeo, lo único que puede provocar es una huida de capitales hacia países con una tributación menor.

Incertidumbre perjudicial

De hecho, los analistas ya advierten de que la incertidumbre que ha generado el propio Rodríguez Zapatero con sus anuncios sobre subidas fiscales sin confirmar cuáles serán ni cuándo se pondrán en marcha y la descoordinación en las declaraciones de los responsables de los distintos ministerios es muy perjudicial para la confianza en la economía española. Sólo el anuncio o las dudas sobre un posible incremento de los impuestos a las rentas del capital, o las sociedades de inversión colectiva (sicav), pueden generar una huida de inversiones hacia otros países con mayor seguridad jurídica que la que presenta España desde ayer.

Lo que parece claro es que el paquete de ajuste fiscal que aprobará hoy el Consejo de Ministros no incluirá ningún incremento impositivo, entre otras cosas porque la Comisión Europea exigió que se pusiera el acento en la reducción del gasto, ya que es la mejor manera de garantizar que se reduce el déficit. La subida de impuestos puede frenar la actividad económica y, por tanto, lograr pocos ingresos extra. En todo caso, cualquier subida se incluirá ya en los próximos Presupuestos Generales del Estado para 2011.

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