El perfil del emprendedor ha variado: muchos se deciden por el autoempleo tras haberse quedado en el paro
Publicado Miércoles , 19-05-10 a las 17 : 04
El espíritu emprendedor labra, en gran medida, el perfil económico de una sociedad. Allí donde tradicionalmente hay más personas decididas a asumir el riesgo de la empresa es más fácil que florezca el dinamismo, las oportunidades y la prosperidad. Pero el espíritu emprendedor no es algo innato. Aunque hay individuos más predispuestos a asumir ese riesgo, es decisivo inculcar esas actitudes desde edad temprana, durante todo el proceso educativo, para que no conseguir un empleo por cuenta ajena no se convierta en el único horizonte sino que convertirse en empresario también esté entre sus opciones, a ser posible en igualdad de condiciones con la otra.
Hasta aquí el panorama estructural, el genérico. Pero las crisis cambian sustancialmente el escenario. Y la que se está atravesando, todavía más. Cuando el paro se dispara y se entra en un período prolongado de falta de oportunidades en el mercado laboral, aumenta el número de quienes ven como una salida montar su propio negocio. A veces con acierto, pero otras a la desesperada, según reconocen estos expertos. Y en Aragón esto se está notando.
El director del Servicio de Apoyo a la Creación de Microempresas (SACME) de la Confederación de Empresarios de Zaragoza (CEZ), Javier Val, afirma que «se puede decir que nosotros tenemos el mismo número de emprendedores que antes de la crisis, pero el perfil de quienes llegan ahora es radicalmente distinto».
«El parado —afirma Javier Val— tiene una indemnización tras haber perdido su empleo y a menudo también una experiencia que aprovechar, y eso es lo que lleva a algunos a buscar el autoempleo. Generalmente se trata de profesionales encuadrados en lo que genéricamente, y en el sentido más amplio del término, se denominan gremios: desde informáticos a instaladores, pasando por un amplio número de oficios». El responsable del SACME afirma que ha crecido considerablemente el segmento de emprendedores que «Tras quedarse en el paro, prácticamente ven en el autoempleo su última alternativa laboral».
Debe haber mucha reflexión
Eso no quiere decir que el proyecto que emprendan sea vulnerable o inviable. No necesariamente. Pero Val también reconoce que «nosotros le tenemos mucho miedo a eso que se le podría denominar el autoempleo a la fuerza. A veces les quitamos la idea de la cabeza, porque siempre, pero más en un momento de crisis como el actual, hay que incidir en que embarcarse en un negocio debe ser algo muy reflexionado. Es el momento de la reflexión emprendedora, porque el arrebato suele generar irreflexión y riesgo de fracaso».
A lo largo de todos los años que llevan funcionando el SACME, aproximadamente la mitad de los que llegan a este servicio de asesoramiento para que les ayuden a poner en marcha su idea de negocio tienen entre 30 y 45 años. Pero ahora, en estos tiempos de crisis, el segmento en el que más está aumentando el número de emprendedores que acuden al SACME son mayores de 45 años.
¿Y emprender en tiempos de crisis, puede ser positivo? A este respecto, Javier Val afirma que hay que ser consciente que toda crisis supone incertidumbre económica, y eso es malo para planificar un proyecto de negocio. Y asegura que esto es todavía peor en la actual crisis, porque «el problema es que no se ve el ciclo que va a seguir. En otras crisis se podía intuir la curva, el momento en el que se toca fondo, cuándo se empieza a remontar y cuándo, más o menos, se va a volver a niveles normales. Pero ahora es muy difícil vaticinar cuando vamos a volver a unos niveles económicos medios. Por eso, nosotros les proponemos que no sólo hagan un plan de negocio sino varios, con varios escenarios posibles».
El «termómetro» del IAF
Desde el Instituto Aragonés de Fomento (IAF) —dependiente del Gobierno autónomo— se coincide también en que la crisis no ha hecho descender el número de emprendedores, pero sí ha cambiado el perfil. Dicho de otra forma: se mantiene la cifra de años anteriores en el segmento de emprendedores vocacionales y aumenta en el de los que se pueden denominar «emprendedores por obligación», aquellos que optan por montar un negocio como válvula de escape tras quedarse en el paro.
El IAF cuenta con una Unidad de Emprendedores que cubre todo el itinerario: desde sembrar la semilla del espíritu empresarial en la escuela y en la Universidad, hasta dar asesoramiento técnico y personalizado a quienes tienen una idea de negocio, para perfilarla, dotarla de un plan de viabilidad y, si está madura, tramitar incluso la constitución de la nueva empresa.
Desde el IAF afirman que en Aragón, desde los años 90, ha ido creciendo paulatinamente el número de emprendedores, y que esa tendencia no se ha roto por la crisis. «En 2010 vamos a tener más o menos el mismo número de iniciativas que en 2009, y 2009 fue superior a 2008. Desde el año 2006 ha ido a más la tasa de actividad emprendedora y ha situado a Aragón entre las primeras comunidades autónomas de España en este indicador», afirman desde la Unidad de Emprendedores del IAF.
A nivel nacional, la Fundación Inlea se encarga de apoyar a emprendedores en el campo de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC). Convoca anualmente un premio del que salen proyectos seleccionados a los que luego se da cobertura para que cuajen como negocios. Este año se han presentado al concurso 93 proyectos de toda España. De ellos, han resultado nominados 30, cinco de ellos de Zaragoza.
El director general de la Fundación Inlea, Xavier Simó, es de los convencidos de que en España «se forma para buscar un empleo, pero poco para inculcar el espíritu empresarial. Muy poca gente quiere tomar riesgos». Cree que además de fomentar el carácter emprendedor desde la escuela, también falta coordinar mejor los recursos que distintos organismos e instituciones tienen al servicio de quienes desean poner en marcha un negocio, «lo que en Estados Unidos llaman interconexión, que cada institución asuma su parte del proceso, del recorrido a la hora de apoyar un proyecto de negocio».
Las tecnologías tiran al alza
Lo que tiene claro es que en el sector tecnológico España cuenta con una buena cantera de potenciales emprendedores. «La gente está muy preparada, tanto o igual que en cualquier otra parte del mundo. Ahora bien, si hablamos de emprendedores en el campo tecnológico, lo cierto es que en España hay buenas ideas, que ofrecen un producto competitivo, lo que ocurre es que se nota falta de experiencia, y eso se nota a la hora de preparar el proyecto, de presentarlo y de darle un enfoque empresarial». «Y, aunque parezca imposible a estas alturas, saber inglés sigue siendo fundamental para que una idea tecnológica pueda crecer y ahí seguimos teniendo un déficit en España», indica.
En cualquier caso, subraya que en el ámbito de las tecnologías cada vez hay más emprendedores en España. «La crisis no ha hecho bajar el número de proyectos de negocio. De hecho, diría que el número de emprendedores ha aumentado. En nuestro caso concreto, en nuestras convocatorias anuales, el número de proyectos ha crecido un 29 por ciento en un año, entre 2009 y 2010. La sensación es que la gente tiene ganas de emprender».

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