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La culpa es de Ángela

CUANDO el empleo ofrezca algún síntoma razonable de recuperación en España, lo que ocurrirá bastante más tarde de lo que proclama Zapatero, el presidente sacará pecho y blasonará de haber atravesado la recesión sin graves conflictos sociales. Desde su particular punto de vista confunde problemas ... sociales con problemas políticos porque éstos son los únicos que realmente le importan. En el discurso zapaterista, la verdadera preocupación de la crisis consiste en minimizar el descontento electoral que provocan casi cinco millones de parados antes que en encontrar una salida para una quiebra de la que el Gobierno no se siente responsable. De ahí el pacto de hierro que ha sellado con los sindicatos, basado en la extensión de los subsidios que garantizan la paz en la calle. Mientras en fechas como el 1 de mayo no se oiga una sola protesta laboral contra el poder -ayer hubo críticas... ¡a Angela Merkel! por su tardanza en ayudar a Grecia: puro internacionalismo proletario-, la estrategia económica gubernamental estará orientada casi exclusivamente hacia la forma de encontrar el dinero para sostener el gigantesco gasto de cobertura. El déficit sólo inquieta en la medida en que pueda comprometer la financiación de esa inmensa red paliativa.

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