Pedroche será desde el lunes nuevo consejero de la CNMV

El nombramiento de Luis Pedroche como consejero de la Comisión Nacional del Mercado de Valores el mismo día que se anunciaba su cese como responsable de la Agencia Tributaria ha sorprendido tanto por la designación en sí, como por la rapidez con la que se ha producido. Pedroche ocupará su nuevo puesto ya desde el lunes. El secretario general de Financiación Territorial Juan Manuel López Carbajo será el nuevo director de la Agencia.

El consejo de la CNMV está formado por el presidente y el vicepresidente y cinco consejeros, de los que dos son el subgobernador del Banco de España y el director general del Tesoro y los otros tres son nombrados por el ministro de Economía. Hasta la llegada de Pedroche había dos vacantes: la primera tras ser nombrado vicepresidente Fernando Restoy, entonces consejero. La segunda, por la muerte hace unas semanas de Soledad Abad.

Los consejeros de la CNMV son nombrados por cuatro años y, si dejan su cargo antes, quienes les sustituyan lo son por el tiempo que quede para cumplir los cuatro años. Así se evitan tentaciones políticas de renovación de los cargos poco antes de unas elecciones. Cuando Restoy fue nombrado vicepresidente le quedaba un año como consejero y por eso la plaza no fue cubierta. Los servicios jurídicos estudian si, en el caso de fallecimiento, también hay que mantener el nombramiento hasta fin de mandato o se inicia uno. Además, en julio vence el mandato de la consejera Rosa Rodríguez, por lo que volverá a haber dos vacantes.

El nombramiento de consejeros plantea problemas porque es difícil encontrar gente experta en supervisión y mercados dispuesta a dejar puestos mejor remunerados por lo que al final se suele recurrir a altos funcionarios. Pedroche, al menos en los últimos años, no ha tenido relación directa con los mercados financieros.

Inquietud política

Su nombramiento ha generado cierta inquietud, porque es un ex alto cargo muy involucrado en política económica, lo que puede interpretarse como un retroceso en la independencia de un organismo que en los últimos dos años tuvo que restañar heridas bastante profundas en este sentido. Su nuevo destino chirría un poco más si realmente su destitución en la Agencia Tributaria es consecuencia de desavenencias importantes con el secretario de Estado de Hacienda, Luis Ocaña, y Salgado.