El alto precio de extraer el oro negro

Así que extraer el oro negro conlleva, en ocasiones, un alto precio. Y esta plataforma accidentada en el Golfo de México no es la primera que tiene un accidente o que desaparece bajo las aguas en distintas zonas del planeta.

En 1976, una tormenta provocó el hundimiento de la plataforma Ocean Express, con un saldo de 13 personas desaparecidas . En 1979, una explosión en el pozo de producción Ixtoc 1, de la compañía petrolera de México (Pemex), en la Bahía de Campeche provocó una marea negra al derramar más de 1,4 toneladas de petróleo.

En marzo de 2001 la mayor plataforma petrolífera del mundo , la P-36 de Petrobas —con una superficie de un campo de fútbol y una altura de 40 pisos— se hundió frente a la costa de Río de Janeiro, a una profundidad de más de 1.300 metros. Las explosiones que precedieron a su desestabilización y posterior hundimiento costaron la vida a diez personas de las 175 personas que estaban a bordo y provocaron el vertido incontrolado de 1,5 millones de litros de diésel.

En 1984, también frente al litoral de Río de Janeiro, explotó una plataforma en la Cuenca de Campos. Murieron 36 trabajadores y 17 resultaron heridos. Se produjo una marea negra de grandes dimensiones.

En 1977, la plataforma petrolífera Bravo vertió 22.500 toneladas de petróleo en el yacimiento de Ekofisk, al sur de la plataforma continental noruega. Más recientemente, en mayo de 2008, la plataforma Statfjord A, en la costa noruega del mar del Norte, dejó escapar 138.000 barriles de petróleo. Pero el más grave, sin duda, es el que provocó l a muerte de 123 de los tripulantes de la plataforma Alexander L. Kielland , que también operaba en el campo de Ekofisk. Fue en marzo de 1980, cuando la fuerza del temporal que azotó la estructura fue tal que acabó con buena parte de la cubierta principal y la zona habitable sumergida. La mayoría de los tripulantes murieron por hipotermia.

En noviembre de 1979 la plataforma Bohai 2 se hundió en el golfo de Bohai, causando la muerte de 72 personas. En el momento del hundimiento la plataforma estaba siendo remolcada, pese a los avisos de la oficina meteorológica que avisaban de la llegada de un tifón.