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La metamorfosis de Najwa Malha

De niña con apariencia occidental a mujer islámica. La joven que ha resucitado la polémica del velo en las aulas se plantea cambiar de centro antes que quietarse el velo

La metamorfosis de Najwa Malha

El próximo mes, Najwa Malha cumplirá 17 años, y lo hará desde una perspectiva diferente a la de sus anteriores aniversarios: desde la atalaya de su religión, el islam, y su entrega al mismo. Su paso de niña a mujer marca un antes y un después en la vida de esta joven. Aquellos que han oteado desde cerca su transformación, su círculo más cercano, aún no salen de su asombro, aunque entienden y respetan el significado de su decisión. «Ella iba como una chica normal: con pantalones cortos, faldas, se maquillaba, llevaba el pelo suelto, e incluso se daba mechas» , dice una amiga de Najwa. «Hace dos meses, de la noche a la mañana y sin decir nada antes, apareció con el pañuelo en el instituto», añade otra.

«Cuando estaba apartada en la sala de visitas fui a reunirme con ella y le pregunté el porqué de ese cambio. No me dio explicaciones, simplemente me dijo que había tomado esa decisión», concluye con conformidad una tercera.

El velo por encima de todo

«Nadie tiene capacidad para cuestionar por qué se hace. Es algo íntimo. El «hiyab» no es un símbolo religioso; es, ante todo, un acto de fe . El Corán hace referencia a que estas decisiones se tomen individualmente», explica Laure Rodríguez, presidenta de la Unión de Mujeres Musulmanas de España (Umme).

Najwa, para demostrar su fidelidad a Alá y acarrear con la imperturbable decisión que ha tomado, se está planteando en los últimos días cambiar de centro antes que quitarse el «hiyab». Así lo revela una de sus amigas: «He hablado con ella y me ha dicho que el lunes probablemente vaya con el pañuelo al Camilo José Cela, pero que si puede, a la siguiente semana se cambiaría a otro centro» . La concejala de Educación de Pozuelo de Alarcón, el municipio madrileño donde reside Najwa, informó de que a 500 metros del centro actual de la joven se encuentra el Instituto de Educación Secundaria San Juan de la Cruz, donde sí se permite el velo.

Desde el martes pasado, Najwa no ha salido de casa. Según dijo su padre, Mohamed Malha, desde esa mañana, la joven entró en una depresión profunda por la presión escolar. «Los rumores de que la van a echar han hecho que ni coma ni duerma. Está fatal» , lamentaba su progenitor en aquel momento. Justo el martes fue cuando el Consejo Escolar de su centro educativo se reunió para debatir sobre la modificación del artículo 32 de su reglamento de régimen interno. En dicho punto se prohíbe el uso de cualquier prenda que cubra la cabeza. Tras cerca de dos horas de discusión, 15 votos contra uno resolvieron la incógnita: el reglamento se quedaba tal cual.

Desde aquel día, la familia Malha no se había pronunciado. Anunció en su momento que seguiría la batalla en los tribunales, pero de la verdadera protagonista no se ha vuelto a saber nada más.

Desahogo vía red

Las amigas y confidentes de Najwa revelan que durante estos días de recuperación, la joven se desahoga vía Messenger (chat de mensajería instantáneo) y la red social Tuenti . En su perfil, donde cuenta con 138 amigos, son muchos los mensajes de ánimo que le vuelcan para que salga adelante. Ella misma, positiva, deja una frase en su tablón: «Uno cuando se cae se vuelve a levantar».

Para la presidenta de Umme, utilizar «hiyab» no implica renunciar a nada «siempre que se mantenga un comportamiento adecuado, basado en la democracia y la modestia, entre otros».

Laure Rodríguez explica que es a partir de la primera menstruación cuando una mujer de confesión musulmana se enfrenta a la decisión de llevar o no el «hiyab», pero es a lo largo de toda su vida cuando puede ponérselo o no. «Ha de sentirse preparada» , matiza. En el caso de la madre de Najwa, según revelan los que la conocen, decidió llevar el pañuelo hace tres años, después de tener a su último hijo.

Sin embargo, para la representante de Umme, la cuestión que se oculta detrás del debate del velo en las aulas tiene nombre: «islamofobia». «Hay un miedo a lo desconocido y lo poco que se conoce del islam tiene connotaciones muy negativas», conjetura Rodríguez. Esta mujer quita importancia al debate suscitado y explica que el velo, «simplemente implica un acercamiento más profundo al islam». La familia emprenderá acciones legales La próxima semana, la familia Malha emprenderá medidas legales, según han informado. Por un lado, contra la Comunidad de Madrid después de que rechazara el pasado jueves un recurso del padre de Najwa por el trato que había recibido la joven en el centro. Por otro, contra el reglamento interno del instituto y la decisión de su Consejo Escolar el martes. El viernes, Mohamed Malha, padre de Najwa, y Mohamed Said Alilech, amigo de la familia se reunieron con el director del Camilo José Cela para tratar la situación de la joven. Los afectados pidieron explicaciones al director por incumplir otros artículos del reglamento y primar el 32 sobre ellos. Asimismo, han indicado la inviabilidad de que Najwa cambie de centro a dos meses de que finalice el curso escolar. Este lunes, la joven acudirá a una actividad extraescolar con el «hiyab».

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