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La ponencia del Estatuto llega hoy al Pleno del TC sin garantías de aprobación

Sólo 48 horas antes de la convocatoria eran mayoría los magistrados que la rechazaban

JAIME GARCÍA María Emilia Casas, presidenta del TC, en una imagen de archivo

«En este momento, todas las posibilidades siguen abiertas». Son palabras de fuentes del Tribunal Constitucional en vísperas de la reunión en la que los diez magistrados que integran el Pleno de este órgano retomarán, después de varios meses de encuentros informales, las deliberaciones sobre el recurso de inconstitucionalidad presentado en el verano de 2006 por el Partido Popular contra el Estatuto de Cataluña.

A esta conclusión han llegado las citadas fuentes como consecuencia de algunos vaivenes que, a estas alturas, siguen produciéndose en el seno del TC. Apenas a dos días de la reunión, vuelven a torcerse las cosas para la ponente, Elisa Pérez Vera, y para la presidenta, María Emilia Casas, y el apoyo por la mínima (6-4) que se aventuraba hace dos semanas parece haberse invertido por un 6-4 en contra. En las reuniones de hoy y de mañana, aseguran, «puede pasar cualquier cosa».

Ni el empate

Con un seis cuatro en contra, la quinta ponencia elaborada por Pérez Vera no contaría ni con el apoyo del magistrado progresista Manuel Argón, ni tampoco con el del vicepresidente, Guillermo Jiménez, los dos votos que durante los meses de reuniones y negociaciones parecían haberse garantizado la ponente y la presidenta. Antes de Semana Santa, existía cierto optimismo incluso respecto a la posibilidad de captar un séptimo voto (el del también conservador Ramón Rodríguez Arribas) que habría dado mucha más fuerza a la resolución y habría limitado a tres los votos particulares en contra. Los incondicionales de la sentencia serían en este momento, junto a Casas y Pérez Vera, Pascual Sala y Eugeni Gay.

En esta tesitura, María Emilia Casas tampoco podría hacer valer su voto de calidad -opción que ha desechado hasta ahora con la esperanza de sacar adelante una sentencia con un número mayor de apoyos- al no haber siquiera un empate a cinco.

Esta es la situación de incertidumbre que, según varias fuentes, vive el Tribunal Constitucional en las horas previas a un Pleno que se perfila como definitivo. Junto a las crecientes presiones externas que recibe el TC, son muchos los magistrados que han puesto de manifiesto que el texto que hoy presente la ponente debe ser votado «pase lo que pase» y sean cuales sean los apoyos que logre. Y en caso de ser rechazado, añaden, lo más natural sería un cambio de ponente, como sucede con frecuencia en los tribunales ordinarios. Sin embargo, nadie pone la mano en el fuego ni se aventura a asegurar que, en la práctica, llegue a producirse la deseada votación.

El texto sobre el que discutirán mañana los diez magistrados declara la inconstitucionalidad de varios de los aspectos que constituyen el núcleo duro del Estatuto catalán. Los artículos anulados son unos diez o quince, y podría haber otra veintena de cuestiones cuyo encaje constitucional dependerá de que su interpretación por la Generalitat se amolde a los criterios que marque el Tribunal en la sentencia.

Los aspectos del Estatuto sobre los que las deliberaciones del TC parecen eternizarse son los que en Cataluña se consideran irrenunciables. Se trata de todo lo relacionado con la definición de esa Comunidad como «nación». Así, los símbolos nacionales, la lengua o la bilateralidad de las relaciones entre la Generalitat y el Gobierno de la Nación. Junto a ellos, la financiación autonómica, la existencia de un poder judicial propio, la organización territorial, los derechos históricos o el blindaje de las competencias.

Dos días de Pleno

El Estatuto no es el único punto que figura en el orden del día del Pleno. Los magistrados debatirán en primer lugar otros cuestiones, entre ellas el recurso del Gobierno contra el derribo del barrio de El Cabañal, en Valencia. Por eso no es descartable que las deliberaciones sobre la norma catalana se prolonguen hasta mañana, jueves, e incluso que se habiliten los días sucesivos.

En el hipotético caso de que el texto de la ponente se vote y se apruebe, la sentencia íntegra podría no conocerse hasta la próxima semana, pues los magistrados que se opongan y decidan expresar su disensión por escrito, disponen de cinco días para redactar sus votos particulares. El Tribunal podría dar a conocer el fallo, aunque esta decisión depende, en última instancia, de su presidenta.

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