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Incredulidad ante una inminente sentencia del Constitucional

JAIME GARCÍA La presidenta del TC, María Emilia Casas, con Montilla al fondo

«No sería bueno una sentencia con fórceps»; «el PP hace la guerra a Cataluña con el recurso del estatuto»; «no sabemos si la semana que viene vendrá el lobo, pero sería bueno que viniera ya». Muy pocos confían en que el Tribunal Constitucional (TC) -convocado en pleno por su presidenta para los próximos 14 y 15 de abril con el Estatuto catalán como primer punto del orden del día- sea capaz de alumbrar de una vez la esperada sentencia sobre la norma autonómica. Pero la simple posibilidad ya ha hecho saltar todas las alarmas en las sedes de los partidos catalanes, inmersos en la precampaña electoral. Mientras, en Moncloa apelan a la normalidad a la hora de acatar la sentencia, si es que finalmente llega.

El primero en pronunciarse ayer fue el líder de UDC y portavoz de CiU en el Congreso, Josep Duran Lleida, que reconoció su «poca fe» en que el TC dicte sentencia. El líder socialcristiano rechazó además una sentencia «que salga con fórceps, que una mayoría se imponga a otra que acepte que unos artículos son constitucionales para que salga una sentencia». En declaraciones a Punto Radio, Duran afirmó que los magistrados del TC «no estarán en disposición» de dictar el fallo. «Por lo que me llega, todavía está muy verde».

En términos más beligerantes se pronunció el consejero de Interior y líder de ICV, Joan Saura, quien reclamó al Constitucional que se pronuncie ya y advirtió de que si se produce un recorte competencial, «se tendrá que pedir al Gobierno que se rehaga el pacto de gobierno que dio lugar al Estatut».

«Pasar cuentas» al PP

Pero más allá de la sentencia, Saura aprovechó para arremeter de nuevo contra el PP, al que responsabilizó de la situación actual, y pidió a los catalanes que «pasen cuentas» con este partido en las próximas elecciones.

También hay impaciencia en ERC, cuyo presidente, Joan Puigcercós, exigió la aprobación del fallo y cuestionó que la presidenta del TC, María Emilia Casas, no haga uso de su voto de calidad ante un posible empate de los magistrados. Retrasar más el fallo «genera más desestabilización», lamentó Puigcercós.

«No sabemos si la semana que viene vendrá el lobo o no», añadió con sorna Joan Ridao, número dos de ERC, quien avisó además de que la sentencia tiene garantizado el rechazo de Esquerra, con independencia de que «derribe una pared maestra o bien sean simples tabiques».

En términos más conciliadores, la vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, aseguró que el Ejecutivo acatará las indicaciones que marque el Tribunal Constitucional (TC) en la sentencia sobre el Estatuto con «absoluta normalidad democrática», pero pidió «no adelantar acontecimientos».

Tampoco el PP confía en un pronunciamiento inminente del Alto Tribunal. «Es más fácil adivinar los números de la Lotería Primitiva que saber cuándo saldrá la sentencia del Tribunal Constitucional», ironizó el secretario general del grupo popular, José Luis Ayllón, quien recordó los numerosos intentos fallidos.

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