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Una buena noticia

EL de ayer fue un día muy especial para los españoles. Al mediodía se enterraba en la cripta de la iglesia de la Concepción de la calle de Goya en Madrid, en presencia del Rey Juan Carlos I, a un auténtico Grande de España, Guillermo ... Luca de Tena. Y muy cerca de allí, atravesando la plaza de Colón, se daba a conocer que está a punto de concluir una de las anomalías más grotescas del panorama político y jurídico en España. Una situación intolerable que clama al cielo y que sólo pueden defender los que desde el sectarismo quieren hacer de la democracia española una pantomima. Y enterrar definitivamente el espíritu de reconciliación y voluntad de concordia de la transición. Es decir, la secta que asaltó y secuestró al Partido Socialista hace más de siete años con su caudillo de la revancha que es el presidente de menos de la mitad de españoles y de todos aquellos que no se consideran españoles. Y que ha gobernado durante seis años sistemáticamente en contra de la mitad de los españoles a los que considera enemigos a ser castigados. Hoy, cuando quedan cuatro supervivientes de la Guerra Civil que quiere ganar ahora. Y utilizando con todos los medios a su alcance, prensa comprada y vendida, televisiones dependientes y radios sufragadas, además de algunos notorios asesinos que, después de mandar abrir fosas comunes en Paracuellos, hoy nos quieren dar clases de democracia desde periódicos serviles al Gobierno. Lacayos de Stalin al servicio del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero que, desde luego que yo sepa, no ha hecho ningún gesto nunca para distanciarse de semejantes criminales ni de sus fechorías que sus ideólogos elevan a la llamada «lucha antifascista».

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