Los equipos trabajan contra reloj para evitar un desastre ecológico en Australia
Los equipos enviados a la zona donde el pasado sábado encalló en un banco de arena el buque chino «Shen Neng 1», frente a la isla australiana de Great Keppel, en el extremo sur de la reserva de la Gran Barrera de Coral, trabajan contra ... reloj para evitar un desastre ecológico en el mayor arrecife coralino del planeta, según dijo en un comunicado el jefe de la Autoridad del Parque Marino de la Gran Barrera, Russell Reichelt.
Según los últimos datos, el buque, que transportaba una carga de 65.000 toneladas de carbón y 975 toneladas de carburante, ha derramado ya 2,5 toneladas de petróleo, formando una mancha de 3 kilómetros de largo por 100 metros de ancho. Ayer, dos remolcadores trabajaban en estabilizar el barco, mientras desde el aire se pulverizaba con productos químicos para disolver el carburante. Una solución que no gusta nada a los ecologistas, pues estos dispersantes hacen que el combustible vaya al fondo provocando un impacto directo en los arrecifes, por lo que estas organizaciones reclaman que se utilicen «skimmers» (dispositivos succionadores) para extraer y recoger todo el combustible que sea posible.
Asimismo, según la Autoridad de Seguridad Marítima, en las próximas horas se va a colocar un sistema de barreras semisumergidas para contener en lo posible la extensión de la mancha de petróleo.
José Luis García Varas, responsable de Mares y Costas de la organización ecologista WWF en España, dijo a ABC que las últimas noticias recibidas de sus compañeros de WWF en la zona del siniestro se refieren a que lo que están intentando las autoridades es estabilizar el barco para intentar llevarlo a puerto.
Un comité científico
Esa decisión debe tomarla en última instancia un comité científico, cuya formación anunció ayer el ministro australiano de Medio Ambiente, Peter Garret, pues se debe valorar detenidamente cuál es la situación del buque. «Está bastante dañado y hay grave riesgo de que se parta», dice García Varas. «Este es el miedo que tenemos, pues hasta ahora no se ha derramado tanta cantidad de petróleo». Lo cierto es que la carga del barco chino nada tiene que ver en cantidad con los vertidos del «Prestige» en España o del «Exxon Valdez» en Alaska, pero la Gran Barrera de Coral es uno de los ecosistemas más vulnerables del planeta.
El «Shen Neng 1» había partido poco tiempo antes de encallar del puerto de Gladstone, donde había cargado las 65.000 toneladas de carbón. No se entiende qué hacía a 70 kilómetros al este de la isla de Great Keppel, que está al noreste del puerto, cuando debía haber salido hacia el sur en perpendicular a la costa y luego ya tomar al este para salir a mar abierto evitando la zona de arrecifes. Sólo se explica por «la inexperiencia del capitán o por querer ahorrar costes», dice García Varas, pues la ruta improvisada es mucho más directa a China, adonde se dirigía.
Ahora se investiga un presunto delito de negligencia de Cosco, la mayor empresa de transporte marítimo de China y cuya filial Shenzen Energy es la propietaria del barco. De ser hallada culpable la compañía podría ser condenada a pagar una multa de un millón de dólares locales (900.000 dólares estadounidenses), mientras el capitán desembolsaría otros 220.000 dólares australianos por su responsabilidad en lo ocurrido.
No es la primera vez que esta compañía se enfrenta a un accidente así. El verano pasado otro buque de Cosco (el «Full City») derramó 200 toneladas de petróleo frente a la costa noruega. Tampoco es nuevo que se produzcan derrames de crudo cerca de la Gran Barrera de Coral. El último el año pasado, cuando un carguero dejó escapar crudo y nitrato de amonio.
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