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Los afrikáners amenazan con vengar la muerte de Terreblanche en Suráfrica

El líder partidario del «apartheid» fue asesinado el sábado en su granja de Ventersdorp

EFE Terreblanche, durante una reunión con miembros del Movimiento de Resistencia Afrikáner en octubre

El histórico líder de la extrema derecha surafricana, Eugene Terreblanche, fue asesinado este sábado en su granja de Ventersdorp (noroeste), en una aparente disputa salarial, según informó la portavoz de la Policía local, Adele Myburgh.

Terreblanche, líder del supremacista Movimiento de Resistencia Afrikáner (AWB, en sus siglas en afrikáans), fue golpeado y acuchillado hasta la muerte en la madrugada del sábado al domingo por un hombre y una joven de 15 años de edad que trabajaba para él, después de que presuntamente discutiera con ellos acerca de una serie sueldos atrasados y pendientes de pago. Ambos atacantes ya fueron detenidos.

Pocas horas después de conocerse la noticia, el AWB aseguraba que vengaría la muerte de su líder -provocada, según ellos, «por motivos políticos»-, aunque pidió a sus simpatizantes que mantengan la calma y no reaccionen de forma inmediata. «Contrariamente a lo que desean los miembros del partido, les exhortamos a permanecer en calma. Aunque el próximo 1 de mayo nos reuniremos para determinar las acciones que tomaremos para vengar la muerte de Terreblanche. Y actuaremos», aseguró su secretario general, André Visagie.

De igual forma, André Nienaber, miembro del grupo y pariente del desaparecido líder, vinculó el ataque con la reciente vuelta a la actualidad de la canción protesta «Matad al boer (granjero blanco)». La composición, famosa durante los años del «apartheid», fue entonada de nuevo hace pocos días por Julius Malema, líder de la liga juvenil del Congreso Nacional Africano (ANC, en el poder).

En su momento, el ANC defendió la canción por tratarse de una forma de recordar la opresión, mientras que Malema aseguraba el pasado sábado que no dejaría de interpretar letras sobre la «liberación de Suráfrica».

No es la primera vez que una melodía viene cargada de polémica en la nación de Nelson Mandela. Durante la pasada campaña electoral, el presidente surafricano, Jacob Zuma, terminaba la mayor parte de sus mítines con la canción zulú «Tráeme mi ametralladora», una tonadilla famosa también en los años del «apartheid», pero criticada por la oposición.

Sin embargo, Zuma ha sido el primero en instar a la calma, al pedir a su población que «no permita que agentes provocadores se aprovechen de esta situación incitando o alimentando el odio racial».

Granjeros asesinados

Desde el fin del «apartheid», cerca de 3.000 granjeros blancos han sido asesinados en Suráfrica. El grupo afrikáner AfriForum aseguraba que, desde que el líder de la liga juvenil del ANC interpretó la canción en público, las matanzas de agricultores blancos han aumentado (cuatro de ellos fueron asesinados la semana pasada).

Aunque al margen de diatribas políticas y como señalaba Panyaza Lesufi, un conocido líder pro derechos humanos, la cuestión que debe analizarse no es si el crimen de Terreblanche fue «por motivos racistas, sino qué hacía una joven de 15 años de raza negra trabajando en la granja de un supremacista blanco». Su muerte ha dejado en evidencia la polarización de una sociedad donde los negros, cerca del 80%, tienen el poder político, pero los blancos, un 9%, controlan la economía.

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