PP y PSOE aseguran que acatarán el fallo, mientras que CiU pide adelanto electoral

INES BAUCELLS José Montilla, presidente de la Generalitat, ayer en la sede del PSC
La próxima sentencia del Tribunal Constitucional (TC) sobre el Estatuto ha obligado al PSC a acelerar una nueva estrategia que le permita dar carpetazo definitivo a su traumática relación con ERC, tal como reclama el PSOE, ávido de preparar el terreno a futuros pactos con CiU.
Los socialistas catalanes no tienen el cuerpo para muchos ruidos identitarios, causa principal de la fuga de votos de las pasadas autonómicas, mientras que los republicanos vuelven a exigir puñetazos en la mesa al presidente José Montilla si el Constitucional, tal como avanzó ayer ABC, recorta una veintena de artículos de un texto estatutario que, precisamente para contentar a sus socios en el Ejecutivo autonómico, el PSC se ha visto obligado a desarrollar antes de que el TC se pronuncie sobre su constitucionalidad.
No hay planes B
Nunca ha habido planes B en la estrategia socialista, pese a las presiones de ERC para que Montilla redoblara sus amenazas a un PSOE que ayer se mostraba muy tranquilo y convencido de que la resolución del TC no romperá el pacto de estado entre Generalitat y el Gobierno, tal como ha advertido en diversas ocasiones el otro socio de Montilla, ICV, cuyo secretario general, Joan Herrera, expresaba su temor a que la sentencia entrara en la campaña de las elecciones catalanas.
El PSOE tampoco ha escondido que sería preferible que el fallo se hiciera público después de las autonómicas, previstas para el mes de noviembre, lo que le ahorraría tener que dar respuesta a las llamadas a la unidad de los partidos catalanes efectuadas por el secretario general de ERC y líder del partido en el Congreso, Joan Ridao, en el caso de que el Estatuto quede sensiblemente rebajado. Una unidad, no obstante, que sólo tuvo plasmación en un editorial conjunto publicado por doce diarios catalanes para defender la constitucionalidad estatutaria, pero nunca se ha hecho extensiva al ámbito político. La razón es sencilla: por mucho frente común que se haga en Cataluña, los 25 diputados del PSC en el Congreso nunca votarán en contra de la postura oficial del PSOE.
Conscientes de que los sondeos electorales son adversos para el PSC y, sobre todo, para ERC, populares y nacionalistas exhiben tranquilidad. Los primeros porque en Cataluña aspiran a ser decisivos e invocan el pacto PP-PSOE en el País Vasco y el del Majestic junto a CiU. Los segundos porque pueden ganar las elecciones y la sociovergencia es una opción bien vista por muchos sectores del PSOE, e incluso del PSC.
El presidente del PP, Mariano Rajoy, aseguró que su partido acatará cualquier decisión del TC sobre el Estatuto catalán, aunque «sería bueno que se pronunciase ya». Rajoy recordó que el recurso contra el Estatuto fue presentado por el PP hace ya tres años y medio. «Yo me pronunciaré cuando el TC tome su decisión», dijo el jefe de la oposición.
CiU, por su parte, también comienza a dar la espalda al soberanismo que ha lucido en los últimos años con nulo resultado. Un dirigente tan identificado con esas tesis como Felip Puig reclamaba ayer una respuesta «política y electoral» a la sentencia del TC. Si no logran la mayoría absoluta, necesitarán de PP o PSC.


