La fiera de mi niña es argentina

Pola Oloixarac es joven, guapa, modelo, cantante, bloguera, licenciada en Filosofía y escritora. Pero no una autora cualquiera y mucho menos una cara bonita sin más. Pola escribe con letras mayúsculas en el panorama editorial y así lo demuestra con su primera novela, «Las teorías salvajes», publicada hace dos años en Argentina y que ahora Alpha Decay presenta en España.

Subida en una montaña rusa con tantos picos que asusta, Pola aterriza en España con la segunda edición de «Las teorías salvajes» a punto de salir de imprenta. «No soy muy consciente de todo el revuelo generado, aunque me alegra que el libro tenga vida propia y me divierte perseguirlo y que vaya más rápido que yo». Una velocidad que la autora imprime a una novela en la que despliega un auténtico discurso de desautorización no apto (eso sí) para todos los paladares literarios.

Despierta tantas filias como fobias. «No me creo la idea de personaje público porque sería entrar en el juego de la prensa y trabajé tres años para hablar de mi libro». Las críticas son «reacciones sintomáticas que se explican porque vivimos en una sociedad muy machista y que ni siquiera se aplican a la intelectualidad». Y es que la han acusado de escribir como un hombre, sin amor. «Están acostumbrados a competir por la atención y se ha vuelto un valor contemporáneo, pero yo lo veo con cierta distancia antropológica porque si no tendría un grave problema mental»

Difícil de contener, casi imposible de catalogar y con múltiples influencias, que van más allá de la «generación Nocilla» y más acá de Houellebecq, sueña con montar una güija literaria con su amado Nabokov. Frente al ecosistema gagá que rige la intelectualidad, Oloixarac reacciona: «A un montón de gente se le han acabado las ideas, pero eso no significa que a los jóvenes se nos hayan acabado ni que tengamos que renunciar a hacer literatura. Si lo único que hay para ir en mi contra es que soy una chica con X atributos, eso vuelve al libro indestructible».