Barreda quiere salvar el aeropuerto de Ciudad Real con una sociedad pública

La Junta de Castilla-La Mancha, que preside el socialista José María Barreda, estudia crear una sociedad pública a través de la cual avalar a la compañía CR Aeropuertos, que gestiona el Aeropuerto Central de Ciudad Real, para evitar que prosperen las dos solicitudes de concurso de acreedores que están en marcha. En concreto, la sociedad pública que crearía la Junta proporcionaría a la empresa aeroportuaria un aval de unos 100 millones de euros, según denuncia el PP.

En estos momentos hay dos peticiones ante los juzgados que solicitan el concurso de acreedores para el aeropuerto. La primera de ellas fue presentada ante el juzgado, el pasado 12 de junio, por la sociedad Montreal por unos impagos valorados en 17 millones de euros, correspondientes a obras efectuadas durante la construcción del aeropuerto. La segunda solicitud corresponde a CajaSur, que fue presentada el pasado mes de diciembre por un impago de 18,82 millones.

Si se consiguiera el citado aval, se podría paralizar la vista que se celebrará el próximo 24 de marzo para decidir sobre la primera petición de concurso de acreedores. En los últimos meses, los empresarios Domingo Díaz de Mera e Ignacio Barco, dos de los principales accionistas de Montreal, han tratado de evitar que siguiera adelante este concurso, que fue impulsado por el anterior presidente de esta compañía, José González Tausz.

De hecho, CR aeropuertos demandó a Tausz por coacción, aplicación arbitraria del propio derecho y estafa procesal. Además, Díaz de Mera y Barco utilizaron a Ruteso Aplicaciones para oponerse también al concurso de acreedores. Estos dos empresarios son los principales accionistas de Ruteso, empresa que a su vez tiene el 51% del grupo Montreal. Esa oposición se hizo a través de Marcelo Larrañaga, la voz principal de Ruteso, quien ha terminado sustituyendo en la presidencia de Montreal a Tausz el pasado mes de enero.

El Aeropuerto Central de Ciudad Real, que al principio adoptó el nombre de Don Quijote, pretendía ser una alternativa a Barajas, sobre todo para aerolíneas de bajo coste y como terminal de carga, ya que iba a estar unido con Madrid por el AVE. La Junta no dudó en financiar buena parte de la construcción del faraónico proyecto a través de Caja Castilla-La Mancha, y ésta ha sido una más de las operaciones que llevó a esta entidad a que fuera intervenida por el Banco de España.