La crisis de confianza obliga al Gobierno a replantearse su reforma laboral

Aunque estas reuniones son habituales cuando se trata de asuntos muy importantes, en este caso, y dada la pésima reacción de los mercados que ayer castigaron duramente la Bolsa española, la redacción final del documento estaba siendo discutida, según fuentes próximas a la negociación.

Uno de los asuntos más polémicos era el de la posible creación de un modelo de contrato único, posibilidad rechazada rotundamente por el propio presidente del Gobierno, Rodríguez Zapatero, en un gesto hacia los sindicatos, tal y como adelantamos en estas páginas.

Sin embargo, la polémica que ha envuelto la reforma de las pensiones podría obligar al Gobierno, según algunos expertos, a replantearse sus propuestas iniciales sobre la reforma laboral e introducir medidas más concretas y contundentes, contrariamente a lo anunciado hasta ahora, para tratar de devolver la confianza a los mercados.

No obstante, las citadas fuentes afirmaban que el posible modelo de contrato único seguía fuera de las propuestas que serán remitidas a la mesa del diálogo social.

El Gobierno también rechazó ayer un nuevo aplazamiento de la reforma laboral, solicitado por los sindicatos, cuyos secretarios generales, Ignacio Fernández Toxo (CC.OO.) y Cándido Méndez (UGT) fueron el miércoles a La Moncloa, donde fueron recibidos por el jefe de gabinete de Rodríguez Zapatero.

Las propuestas del Gobierno que se conocerán hoy irán dirigidas a fomentar el empleo de los menores de 25 años, los mayores de 45, parados de larga duración con cargas familiares, discapacitados y mujeres víctimas de violencia de género.

Para ello, propone eliminar la universalización de las bonificaciones a la contratación, de las que a partir de ahora se beneficiarán prioritariamente los grupos mencionados.

El Ejecutivo quiere que se utilice el «modelo alemán», que liga reducción de jornada con la prestación de desempleo , y que se reduzcan drásticamente los contratos temporales. De cara a la patronal, propondrá una reestructuración de los convenios colectivos y más control de las incapacidades laborales.